Han sido casi dos horas y media de declaración en la que el testigo protegido (no es exactamente eso pero así se le conoce), Antonio Béjar, no ha perdido la compostura, al tiempo que se ha encargado de darle la puntilla a los imputados Francisco González, presidente del BBVA; Julio Corrochano, jefe de Seguridad y Eduardo Albizu, responsable de control interno.

Béjar ha confirmado que a Villarejo le contratan Francisco González y Julio Corrochano y que le consta que Corrochano reportaba al presidente.

Y ni tan siquiera al gobierno Sánchez, sin política exterior, le gusta la otomanización del BBVA

Pero es que, en la mañana del viernes 27, durante su declaración ante el juez de la Audiencia Nacional, Béjar no sólo confirmó las acusaciones sino que se extendió en la utilización que FG hizo de Villarejo, pagado por el banco, no sólo del espionaje de Luis del Rivero sino también, de su trabajo como “detective” para asuntos particulares de FG. Por ejemplo espiaron a un inmobiliario al que FG quería comprarle una casa.

De hecho, el BBVA encargaba a Villarejo investigar a clientes del BBVA o a cualquiera con el que el BBVA asumiera cualquier riesgo. Algo que excede la habitual gestión del riesgo en cualquier entidad.

En definitiva, la declaración del fatídico día (para BBVA) de su exdirectivo, Antonio Béjar, ha hundido a FG pero también ha golpeado al actual presidente, Carlos Torres, justo cuando, tras romper con el Sabadell, vuelve a aparecer la sombra de Ana Botín

Recuerden que si tanto el español que vicepreside el Banco Central Europeo (BCE), un tal Luis de Guindos, y la vicepresidenta del Gobierno español, una tal Nadia Calviño, pretenden una fusión entre el Santander y el BBVA es porque consideran que en la futura Unión Bancaria, España sólo podrá contar con un banco, no dos, sistémico, al que no se pueda dejar caer. 

Antonio Béjar habla de “los detectives” de FG, pagados por el banco que, además, trabajaban para cuestiones particulares de Francisco González

Por otra parte, ni tan siquiera al gobierno Sánchez, que no tiene política exterior, ni buena ni mala, le gusta la otomanización del BBVA a la que lleva Onur Genç.

Además, habrá que repetir que el problema radica en que la imputación del BBVA arrastre a Torres y a todo su Consejo, una vez se abra el juicio oral: ¿Y si condenan a Carlos Torres -como representante que es del BBVA- por el caso Villarejo? No podría seguir presidiendo el banco.

En este sentido, en la Vela, sede central de BBVA, aún recuerdan el caso Fernando Fernández Tapias, condenado cuando uno de los barcos de su naviera se vio envuelto en un oscuro caso de tráfico de drogas. Fue condenada, la empresa como persona jurídica, y él como persona física responsable de la misma… y le costó mucho dinero evitar la cárcel.

El problema es que la imputación del BBVA arrastre a Torres y a todo su Consejo, cuando se abra juicio oral

Desde entonces, ha habido muchas personas físicas condenadas, al rebufo de la culpabilidad de las personas jurídicas. No, es casi seguro que García-Castellón no imputará a Carlos Torres, pero nadie puede asegurar que una condena a la persona jurídica BBVA no se concrete en una condena a la persona física Carlos Torres.