Vicente Fernández Guerrero lleva casi una semana como presidente de la SEPI, pero parece un perfil demasiado bajo para dirigir esta sociedad. Como saben, la SEPI manda en Correos, Navantia, Tragsa y otras 12 empresas, y además participa en Indra (18,75%), Red Eléctrica (20%)y Enagás (5%), entre otras.

Fernández Guerrero es un hombre de la confianza de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la SEPI depende de dicho Departamento. Los dos vienen de ocupar distintos cargos en la Junta de Andalucía y son de dicha región -él, malagueño, aunque ha residido la mayor parte de su vida entre Cádiz y Sevilla, y ella, sevillana-.

El nuevo presidente de la SEPI es licenciado en Derecho e ingresó por oposición en el Cuerpo de Letrados de la Junta de Andalucía en 1999. Desde entonces, ha tenido cargos públicos relacionados con el asesoramiento, la gestión y el control del gasto público. En 2016, pasó a ser interventor general de la Junta, puesto que ocupaba hasta su llegada a la SEPI para sustituir a Pilar Platero.

Lo más llamativo de su trayectoria es que fue investigado por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil por las supuestas irregularidades en el concurso de adjudicación de la mina de Aznalcóllar cuando era secretario general de Industria (entre 2012y 2016), según informó El Mundo. Además, entre otros cargos públicos, dirigió las asesorías jurídicas de varios Departamentos de la Junta, fue secretario del Consejo de varias empresas públicas y también presidente de otras (como la Agencia Andaluza de la Energía, Veiasa -ITVs de la región-y Aerópolis -único parque europeo de ciencia y tecnología dedicado exclusivamente al sector aeroespacial, en el que está ubicado, por ejemplo, Airbus-).