Meliá Hotels International perdió 358,6 millones de euros hasta junio, frente a los beneficios de 47,7 millones del mismo periodo de un año antes por culpa de la crisis del coronavirus y el deterioro del valor de los activos.

De hecho, durante el segundo trimestre tan sólo 12% de las habitaciones disponibles estuvieron abiertas en comparación con el mismo periodo del año anterior.

En cuanto al resultado bruto de explotación (Ebitda), este fue negativo, hasta un total de 71,3 millones, frente al beneficio de 216,8 millones del año pasado, mientras que el resultado operativo también fue negativo, hasta 308,5 millones, en comparación con 93,5 millones de beneficio del mismo semestre de 2019.

Respecto a los ingresos consolidados, estos ascendieron a 319,2 millones de euros, un 63,3% menos que un año antes.

El consejero delegado, Gabriel Escarrer, ha afirmado que ante lo "inédito" del desafío planteado por la Covid-19, el éxito de las compañías turísticas en 2020 se medirá por su resiliencia. "No es momento de pensar en los beneficios, sino en la supervivencia y el fortalecimiento a largo plazo, afianzando los básicos y consolidando nuestra competitividad en la nueva era del turismo post-Covid", ha señalado.

La cadena ha argumentado que estos resultados responden a que los meses de abril y mayo han sido "los más complejos del año" a nivel de ingresos, con casi la totalidad de los hoteles cerrados por la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. Derivados de los efectos de la crisis provocada por la expansión del coronavirus, se han registrado deterioros de valor de los activos por importe de 148 millones, afectando a diferentes epígrafes de la cuenta de resultados, pero sin salida de caja y por consiguiente sin impacto en la liquidez, según ha matizado la compañía.