Seat ha afrontado en 2020 “un año difícil”, en palabras de su presidente, Wayne Griffiths, en el que “tan sólo el coronavirus logró frenar nuestro crecimiento”, pero “lo hemos dado todo para mantener a flote nuestros proyectos”. Casi una semana después de que el grupo Volkswagen diera a conocer que Seat había tenido unas pérdidas operativas de 339 millones de euros, se han presentado los resultados conforme a las reglas contables de nuestro país sin contar con sus filiales: ha tenido unas pérdidas de 194 millones y ha reducido ventas e ingresos, pero ha logrado un Ebitda positivo de 157 millones y espera volver al crecimiento este año.

Seat S.A. ha tenido un beneficio operativo negativo de 418 millones, lejos de los 352 millones que ganó en 2019 y también de los 116 millones del año 2017. Esto era algo previsible teniendo en cuenta que sus mercados más importantes (España, Reino Unido e Italia) han sido los más afectados por la pandemia del coronavirus. Asimismo, este resultado se vio afectado negativamente por gastos relacionados con las emisiones de CO2 al no cumplir los objetivos, que superaron los 260 millones. Así, el resultado después de impuestos ha arrojado unas pérdidas de 194 millones, frente a las ganancias de 346 millones del año pasado.

Isensee destaca que el ingreso medio por unidad vendida ha seguido creciendo, pasando de 15.050 euros a 16.370 euros, gracias a la apuesta por segmentos más rentables 

La compañía ha vendido 427.000 unidades en 2020, un 25,6% menos que el año anterior, cuando la cifra fue de 574.100, y de ellos, 27.400 (+11%) fueron de la marca premium Cupra. El volumen de ventas se ha visto afectado por el Covid y esto ha repercutido en la desaceleración de la facturación (-21%, hasta 8.784 millones), una cifra que se queda lejos de los 11.157 millones del año anterior y que se sitúa en una línea similar a la de 2016 (8.597 millones). Eso sí, a pesar de los descensos, Seat ha logrado un Ebitda positivo de 157 millones, con una ratio del 1,8% de las ventas. “Este es un indicador de que nuestro negocio es robusto. Tenemos la base para volver a las cifras positivas de los últimos años”, ha subrayado el vicepresidente de Finanzas e IT de Seat, Carsten Isensee.

Pero no ha sido el único aspecto positivo en un año difícil: el ingreso medio por unidad vendida ha continuado creciendo, pasando de los 15.050 euros de 2019 a 16.370 euros, gracias a la apuesta por segmentos más rentables (los SUV y crossover, entre ellos; el nuevo Seat León y la marca Cupra). También “mantuvimos el impulso exportador”: 1.500 millones (18% del total) proceden de las ventas de España y los 7.200 millones (82% del total) restantes a las ventas en el exterior. “Seat es el mayor exportador industrial de España”, ha añadido Isensee. Y logro un flujo de caja operativo positivo de 466 millones (5,3% de las ventas), frente al de 1.092 millones del año anterior y también inferior al de 2018 (699 millones); al tiempo que tuvo unas inversiones y gastos en I+D de 1.029 millones, muestra de que “creemos en el futuro de la compañía en España”. Además, ha aumentado la plantilla de Seat S.A. de14.663 a 14.751 personas, principalmente, gracias al lanzamiento de tres nuevos modelos en la planta de Martorell (Seat León, Cupra León y Cupra Formentor). Y esto es muy positivo, teniendo en cuenta que nunca antes habían lanzado tantos vehículos en un solo año y con tantas motorizaciones diferentes, a pesar del Covid-19. 

Griffiths defiende que haya una fábrica de ensamblaje de baterías, la cual debería estar en una zona de proximidad a Martorell. “Necesitamos el compromiso claro del Gobierno y de la Comisión Europea”, subraya

Tras el difícil 2020, espera lograr breakeven (punto de equilibrio) en el primer trimestre, según Isensee. Este año será también difícil por “la incertidumbre del Covid en muchos mercados, las restricciones continuas en la cadena de suministros (no sólo la escasez de semiconductores), pero sigo siendo optimista”, ha afirmado Griffiths. De hecho, espera recuperar la producción perdida (que entre otras cosas ha hecho que Martorell pase al segundo puesto del ranking en las plantas españolas) en el segundo semestre, aumentar las ventas y volver a los volúmenes precrisis del coronavirus, así como regresar a rentabilidad y cumplir los objetivos de emisiones de CO2

Para todo esto Griffiths ha señalado que se impulsarán los vehículos electrificados de Seat y Cupra, con los lanzamientos del Cupra Formentor e-Hybrid y el Cupra Born (el primer 100% eléctrico de la marca), también habrá nuevas versiones del Seat Ibiza y del Seat Arona. “Seat y Cupra son dos marcas complementarias”, ha subrayado. En esta última, la previsión es que se dupliquen las ventas este año y pase del 5% al 10% en el volumen de negocio, y en 2022 iniciará operaciones en Australia. Asimismo, Cupra Tavascan será una realidad: basado en la plataforma MEB del grupo Volkswagen, se diseñará y desarrollará en Barcelona, será el segundo eléctrico de la marca y llegará a los mercados en 2024, y aunque aún no se ha decidido donde se producirá, no será en Martorell. 

Paralelamente, la electrificación no se detiene en Seat y su objetivo es liderarla en la industria del automóvil en España con el plan ‘Future Fast Forward’ (F3), cuyo motor es la producción de vehículos eléctricos urbanos en nuestro país a partir de 2025, en concreto de 500.000 unidades al año. Para ello, considera clave que se estimule la demanda de coche eléctrico, se impulse la instalación de puntos de recarga (algo en lo que el sector eléctrico tiene un gran papel y Seat ha llegado a un acuerdo con Iberdrola) y que haya una fábrica de baterías. Al hilo de esto último, Griffiths ha explicado que es importante aclarar la confusión de las últimas semanas, porque una cosa es una fábrica de celdas de baterías y otra una fábrica de ensamblaje de baterías, la cual debería estar en una zona de proximidad a Martorell. “Necesitamos el compromiso claro del Gobierno y de la Comisión Europea” y “no podemos transformar todo el sector del automóvil por nuestra cuenta”, algo en lo que ya cuentan con el interés manifestado por 15 empresas de seis sectores que apoyan el plan F3.