El presidente de Seat, Luca de Meo (en la imagen), ha confirmado el efecto en la planta de Martorell del mismo problema que provocado un parón de ocho días en la de Volkswagen Navarra: menos producción por los retrasos en el suministro. En concreto, dejará de fabricar 10.000 vehículos y cajas de cambio, sobre todo de modelos Ibiza y Arona y, en menor medida, del León.

El problema es el mismo: la nueva homologación de emisiones aplicada a los vehículos (WLTP) con la nueva norma europea, lo que ha retraso la disponibilidad de determinados motores, en medio del clima hostil contra el diésel que ha irritado a los fabricantes (Anfac).

De todo ello se hace eco el presidente de Seat en una carta a la plantilla, en la que pronostica también un año récord en ventas para la firma -tras el récord en el primer semestre- , al tiempo que emite el impacto de la nueva homologación en la producción hasta diciembre.

El problema es el mismo que en la planta de Volkswagen en Pamplona: la homologación de los motores y el declive del diésel

La cifra es la misma que había adelantado el presidente del comité de empresa, Matías Carnero, 10.000 vehículos, aunque sin especificar los modelos afectados.

No obstante, están por ver los efectos concretos en la plantilla -conocidos en el caso de VW Navarra-, algo que planea sobre también sobre las instalaciones catalanas pero sin los reajustes duros de Pamplona. El ERTE, de hecho, está descartado.

De Meo, en esa línea, apunta a las medidas de flexibilidad laboral que da el convenio colectivo -como expresó también Carnero- y espera que limiten en lo posible la “repercusión en el día a día” de la planta. Pide por ello “confianza” en la dirección.