El Gobierno de Pedro Sánchez y María Jesús Montero envió el viernes a Bruselas su última versión del ‘Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia’, que suena muy rimbombante pero que básicamente quiere decir una cosa: nos van a freír a impuestos. Por eso no lo ha publicado en España hasta ayer, o sea, una vez pasadas las elecciones regionales de Madrid. Y es que este Gobierno nos trata como si fuéramos idiotas.   

El Gobierno presentando su plan a la Comisión Europea

Vamos con los detalles.

Durante este año 2021, el Ejecutivo promete a Bruselas que entrarán en vigor los nuevos impuestos a plásticos y residuos, además del pago de las tasas Google y Tobin, que lleva retrasando desde hace meses.

En 2022, el Gobierno subirá la fiscalidad del diésel y revisará  —al alza, por supuesto— los impuestos sobre matriculación y circulación y gases fluorados.

Y en 2023 entrará en vigor un alza aún mayor, que afectará a Sociedades, Patrimonio y Sucesiones. Además, el ejecutivo de Pedro Sánchez se compromete también con Bruselas a revisar quince beneficios fiscales entre 2021 (a partir del segundo trimestre) y 2024, que no detalla —ojo al dato—, y que serán seleccionados por Hacienda. Cada uno de esos tres años se realizará una evaluación de cinco beneficios fiscales.

Y recordemos también que en el Plan de Recuperación que se publicó el viernes, se plantea a Bruselas la supresión de la deducción por tributación conjunta en el IRPF, lo que ayer la vicepresidenta para Asuntos Económicos, Nadia Calviño, calificó de “errata”.¿Una simple ‘errata’ en un texto tan importante como este? Insistimos: este Gobierno nos trata como si fuéramos idiotas.  

Recuerden: es lo que hemos votado los españoles. Ahora, a apechugar con las consecuencias...

Pero es que, como narra El Mundo, entre las sorpresas que esconde el plan que el Gobierno de Pedro Sánchez ha enviado a Bruselas para tener acceso a los fondos de recuperación, una de las más polémicas será el pago por uso de las carreteras. No sólo de las autopistas de peaje de toda la vida, algunas ya liberalizadas; ni siquiera de las autovías gratuitas, que serían las primeras por las que se cobraría desde el año 2024 y de las que ya se venía hablando. Lo grave es que la idea pasa por extender la fórmula a todas las carreteras. Es decir, tanto si cogemos el coche para irnos a la playa para pasar las vacaciones, como si vamos al pueblo de al lado a visitar a unos amigos.

Vamos, lo que sería un doble Impuesto de Circulación, que ya pagan todos los conductores de España

Y todo esto sin anunciar ni una medida para que la Administración se apriete el cinturón, eliminando duplicidades, gastos superfluos, subvenciones, asesores, chiringuitos.

Y que viva Pedro Sánchez y María Jesus Montero. Pero, recuerden: es lo que hemos votado los españoles. Ahora, a apechugar con las consecuencias...