Al plan estratégico 2019-2023 avanzado por Red Eléctrica (REE) siguen este miércoles los resultados anuales. Las inversiones que plantea Jordi Sevilla (en la imagen) ascienden en ese periodo a 6.000 millones, o lo que es lo mismo: una media anual de 1.200, cuando las de 2018 fueron de 546,6. En suma, la previsión es el doble que la actual -y sigue, encima, al anuncio de compra de Hispasat, por 950- lo que lleva a una pregunta inevitable: de dónde va a sacar el dinero.

Máxime, cuando el beneficio en 2018 fue 704,6 millones, un 5,2% más, mientras la cifra de negocios y el Ebitda crecen sólo un 0,4% y 1,3% (1.948,5 y 1.539,7 millones, respectivamente).

Las inversiones del periodo anterior (2014-2019) fueron de 4.575 millones, sobre la máxima de José Folgado de aprovechar la “oportunidades” -por precio y circunstancias- para crecer. Folgado, por cierto, recibió una indemnización de 718.000 euros con su salida del REE. Sevilla, sin embargo, dobla la apuesta inversora, pero sin nada a favor.

La mitad de las inversiones previstas hasta 2023 son para la transición energética

Al contrario: en un escenario claramente bajista de las retribuciones a las eléctricas, que tendrá que compensar con un fuerte aumento de los ingresos. Esos ingresos, sin embargo, son básicamente, los regulados, a los que en 2018 se unieron los generados por la actividad de telecos o de transporte en el exterior (88,7 y 22,9) y operativos del sistema (65,8).

La mejora del el Ebitba está en consonancia con los ingresos regulados y ha contribuido también el recorte del 5,3% de los gastos operativos, al tiempo que ha reducido el coste financiero de la deuda (en 4.683 millones) del 2,8 al 2,4%.

La indemnización pagada al presidente anterior, José Folgado, fue 718.000 euros

A lo anterior, por último, se une la promesa de aumento de dividendo del 7% (con los 0,98 euros ya pagados y el complementario, en julio, de 0,71), no vaya a ser que ahuyente del capital a los fondos de inversión (el 70% de los accionistas).

De los 6.000 millones de inversiones para los próximos cuatro años, algo más de la mitad (3.180 M) están pensado para la transición energética (la integración en el sistema de las energías renovables, redes de transporte o digitalización). El resto se reparten entre en el área de telecos -incluida Hispasat- (1.234) y negocio en el exterior (1.020).