En el transcurso del juicio por la intervención del Banco Popular, ha comparecido hoy ante el juez José Luis Calama, de la Audiencia Nacional, Elvira Rodríguez, quien fuera presidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en mayo de 2016. En ese momento, el Popular lanza una ampliación de capital de 2.500 millones de euros, que se cubre en su totalidad y sin ningún problema. 

Sin embargo, las acusaciones contra el equipo del entonces presidente Ángel Ron hablan de manipulación de las cifras y de engaño a los accionistas. En otras palabras, dicha ampliación se habría convertido en la clave de la crisis del Popular y, lo que es más importante, del posible dolo de su equipo directivo. 

Pues bien, Elvira Rodríguez ha declarado ante el juez que aprobó la ampliación sin el menor reparo tras solicitar un informe a la auditora KPMG y otro al Banco de España, que aseguró que el Popular cumplía con creces las provisiones que le habían exigido. Rodríguez ha declarado en la mañana del miércoles 4 que no tuvo ningún reparo en firmar la aprobación de dicha ampliación de capital. 

Se da la circunstancia de que el próximo declarante es su sucesor en la presidencia de la CNMV, Sebastián Albella, a quien se preguntará en su doble condición de exsocio director del bufete de abogados Linklaters y como sucesor de Elvira Rodríguez y actual presidente de la CNMV. 

Y es que, como el mundo es un pañuelo, el Banco Popular solicitó al despacho Linklaters la aprobación de la mencionada ampliación. Pues bien, Albella no solo aprobó esa ampliación, sino que ante los consejeros del Banco Popular aplaudió la operación. Curioso, porque a partir de la intervención del Popular por la JUR, en junio de 2017, Albella ha modificado su actitud, unos 180 grados, para sembrar sospechas sobre la veracidad de las cuentas del Banco Popular. ¿Cuándo tenía razón, en mayo de 2016 o en junio de 2017? La respuesta, en breve. Albella será el próximo declarante ante el juez Calama.