Mientras se dilucida el fondo de la cuestión, un juez ha decidido retirar, en Brasil, la serie blasfema ‘La primera tentación de Cristo’​, distribuida por la todopoderosa plataforma Netflix. Lo hace de forma temporal y ante la petición del colectivo brasileño Fe y Cultura, que logró reunir más de dos millones de firmas contra la serie blasfema.

En España, una demanda paralela de Abogado Cristianos todavía no ha obtenido respuesta de la magistratura 

Los argumentos del juez brasileño son dos:

  1. Brasil es un país de mayoría cristiana (¡Miren, como España!) y…
  2. El derecho a la libertad de expresión artística tiene sus límites, una alusión a los límites de siempre: esto no es más que un insulto a los católicos.

Pero no se preocupen, seguro que el artículo 510 del Código Penal español, sobre delitos de odio, tan utilizado en España por el lobby LGTB, no encontraría ningún argumento para prohibir una obra blasfema como la de Netflix… aunque el 510 habla de odio por razones religiosas. El caso es que la asociación Abogados Cristianos ya ha demandado a Netflix y en España sigue sin tomarse medida alguna.

Aunque el verdadero daño a Netflix se lo hace la retirada de abonos. A la empresa de Reed Hastings lo único que le importa es el dinero

¿En que consiste la obrita-pendejo de la plataforma Netflix, por el momento retirada en Brasil pero imposible retirarla de las redes sociales, que afortunadamente -sí afortunadamente-, son incontrolables por los poderes político y cultural? Pues se trata de una parodia, estilo Wyoming, sin gracia alguna donde Jesucristo en un gay y la Santísima Virgen María una casquivana que coquetea con Dios Padre. Originalísimo y profundísimo planteamiento.

Ahora bien, aunque la noticia de Brasil es de agradecer, lo cierto es que a Reed Hastings, el primer ejecutivo de Netflix, lo único que le duele es el bolsillo, su órgano más sensible. Esto es, mucho mejor sería que los cristianos retirarán su abono a la plataforma Netflix: la pérdida de beneficio sí le haría reflexionar a Hastings.

Mientras, Hastings continúa chantajeando a los países que se atreven a defender el derecho a la vida

No olvidemos que este personaje multimillonario y poderoso gracias al peligroso mundo de las plataformas se dedica a extorsionar a países soberanos. Por ejemplo, Hastings chantajea al Estado de Georgia, si se atreven a legislar sobre políticas que a este chico, un abanderado del Nuevo Orden Mundial (NOM) no le gustan. Por ejemplo, Netflix extorsiona al Estado de Georgia, por sus leyes en defensa de la vida y le amenaza con dejar de producir allí si no perpetran políticas abortistas.

Por supuesto, Hastings no se atrevería a vender una serie sobre un Alá o un Mahoma sodomitas. Los musulmanes no argumentan, actúan.

Lo mejor: darse de baja de Netflix.