Tengo ya unos pocos años pero jamás había visto una España tan triste. Triste por el miedo a la muerte por coronavirus que se ha convertido en miedo a la vida y en alejamiento del otro.

Recuerden La Historia Interminable, de Michael Ende: la nada avanza, no en forma de virus, sino de melancolía provocada por el virus y el miedo a la muerte. No era una muerte cruel, era peor: era una muerte desesperada.

Peor que el millón de muertos que aseguran la pandemia ha provocado en todo el mundo, es el anonadamiento colectivo, el miedo paralizante, la ausencia de bien, que es la definición del mal.

No voy a negarlo: no conozco otra terapia que la confianza en Dios que pueda salvarnos de la nada. El coronavirus será vencido, pero al virus de la desesperanza, la nada, no se le vence por cuenta propia. Necesitamos ayuda. 

Recuerden La Historia Interminable, de Michael Ende: la nada avanza, no en forma de virus, sino de melancolía provocada por el virus y el miedo a la muerte

La gran ayuda del hombre es la Eucaristía, una vida eucaristizada es lo contrario a la nada. Es Dios junto al hombre, porque la Iglesia vive de Eucaristía, el mundo, también. Quien dijo que la vacuna contra el covid es la Eucaristía sabía bien de lo que hablaba.

Y asi, el efecto actual del coronavirus en España -y no tenía por qué ser así- me recuerda lo que Juan Casiano, aquel eremita dle siglo IV, calificaba como la obra de Satán, que no es dolor o contradicción, sino "penosa desesperación". En nuestra manos está el evitarlo.

Volviendo al presente: no pueden prohibirnos la Eucaristía. Nos jugamos la vida eterna... y también esta. Abogados Cristianos ha conseguido ganar una batalla jurídica (ver documento adjunto): que no multen a quienes fueron a misa cuando lo prohibía el gobierno Sánchez. ¿Tan bajo hemos llegado como para considerar que esto es una victoria? Me temo que sí. 

Claro que si usted no confía en Dios siempre puede confiar en Pedro Sánchez: ése seguro que no le falla. Y esta sería una buena definición de su labor de Gobierno: el avance de la nada.