No había pasado mucho tiempo desde la llegada del BBVA a México cuando estalló un problema informático en Bancomer que puso en un brete a la entidad. La reacción de Francisco González (FG) fue tan inmediata como airada: había que echar a todo el equipo informático del banco en México. Oiga, presidente, ¿no sería mejor que primero arreglaran el desaguisado? Y tras un incomprensible rifirrafe, FG accedió. Expulsó a los responsables, sí, pero después de que solucionaran el asunto.

Eso ocurrió hace ya unos cuantos años. Ahora, Bancomer ha crecido mucho y aporta más de la mitad del beneficio del grupo. Es la joya de la corona que, sin embargo, se está convirtiendo en un quebradero de cabeza. Y no por su culpa, sino porque el partido del presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció el jueves su intención de obligar a los bancos para que bajen o supriman algunas comisiones.

López Obrador quiere obligar a los bancos a eliminar las comisiones por retirar efectivo y por transferencias interbancarias

Estamos hablando de un país de más de 129 millones de habitantes y con un sector financiero todavía muy analógico, con grandes colas en las oficinas. López Obrador lo sabe y lanzó la bomba: eliminar las comisiones por retirar efectivo y por transferencias interbancarias. Además, quiere que el Banco Central de México (Banxico) y la comisión de valores reduzcan anualmente el cobro de comisiones por consulta de saldo. En definitiva, medidas que apuntan directamente a uno de los pilares del negocio bancario en el país.

Acción-reacción: nada más comenzar este viernes la sesión bursátil, la cotización del BBVA se derrumbó más de un 6,5%, hasta el entorno de los 4,9 euros por acción, una caída que al final se quedó en el 5,8%. Después del jaleo del impuesto sobre las hipotecas y esto de México, la capitalización bursátil de la entidad se situó en los 34.786 millones de euros.

Y eso que López Obrador aún no ha tomado posesión de su cargo.