• La entidad gana 4.022 millones en 2017, sin la presencia del Estado en el capital.
  • Fin de una etapa, que comenzó en 2008 con el rescate, y comienzo de otra: la digital.
  • La bolsa se cree las cuentas: la cotización sube un 2,5%, a pesar de la caída de ingresos.
"El año 2017 ha sido histórico para el grupo Lloyds Bank", ha dicho el exquisito António Horta-Osório (en la imagen) al presentar los resultados anuales, con los que pasa capítulo, por un lado, al rescate en 2008 (el Gobierno salió definitivamente en mayo) y con los que digiere su propia reestructuración. Concluye así el match ball de 2016, cuando disparó un 163% el beneficio, después de afianzarse en su silla con el Brexit, a pesar del escándalo por la escapada con su presunta amante. En 2017, beneficio neto ha aumentado menos, un 41%, de 2.514 a 3.547 millones de libras (4.022 millones de euros), mientras que en el beneficio bruto, el crecimiento es del 24%, hasta 5.275 millones de libras (5.981 millones de euros). En los dos caso por encima de la medida del sector. Los ingresos, no obstante, descienden un 13,4%, hasta 34.237 millones de libras (38.824 millones de euros), pero no por los depósitos de los clientes, que mejoran un 1% y también el ratio de crédito-depósito (de 109% a 110%). La apuesta de Horta-Osório, ahora, es la digitalización, hacia donde apunta el nuevo plan estratégico. En concreto, invertirá casi 3.500 millones de euros. Y, en paralelo, anunció también que aprovecha el buen momento para recomprar acciones, por 1.000 millones de euros, y el aumento un 20% del dividendo. El ratio de capital, por otra parte, se coloca en el 21,2% (en 2016, el 21,4%), con activos por valor de 812.000 millones de libras (920.808 millones de euros), un 1 % menos que en 2016. Rafael Esparza