El coronavirus como excusa para profanar la Eucaristía, sin la cual, no lo olvidemos, la religión católica, de suyo sacramental, no puede existir. Y es que la política laica consiste en prohibir a un hombre decir que el cristianismo es la religión verdadera y alentar a otro a que diga que Cristo en una leyenda y una farsa.

Y esto viene al pelo de la actual ministra de Asuntos Exteriores del Reino de España, Arancha González Laya, a quien, en la noche del jueves, durante su comparecencia ante los medios informativos, Hispanidad preguntaba por qué la policía profana las eucaristías -cada vez más y con más saña- en toda España con la repugnante chulería que se contempla en este vídeo.

El alcalde pepero de Madrid, Almeida, lanza a sus guindillas a profanar los templos mientras Vox, el supuesto único partido político católico, permanece calladito

Y es un guindilla de la policía municipal de Madrid, aunque en España es la Policía Nacional y la Guardia Civil, dependientes del Gobierno Sánchez quien más está profanando la Santa Misa.

Pues bien Hispanidad le pregunta a la ministra Laya por qué razón, siendo la libertad religiosa -libertad de culto- un derecho recogido en la Constitución y si el estado de alarma no prohíbe las misas públicas, y si las escasas eucaristías que se celebran cumplen la normas de “distancia social” por qué razón la policía interrumpe las eucaristías con la arrogancia que contempla en el vídeo.

Por cierto, ese guindilla chulesco, responde al alcalde José Luis Martínez-Almeida, miembro del Partido Popular y ex alumno del colegio católico del Opus Dei, Retamar. A ver que hace ahora, señor alcalde, que le veo muy calladito y bastante cobarde.

Insisto: los obispos deben enfrentarse al Gobierno y propiciar las misas públicas… ¡ya mismo! Está en juego la libertad de culto, del culto católico, en España

En cualquier caso, respuesta de la ministra Laya a Hispanidad: el decreto de alarma ha sido aprobado por el Congreso. ¿Y qué? ¡Menuda respuesta boba para una ministra!

Como ya hemos explicado en Hispanidad, la normativa del estado de alarma no prohíbe la santa misa sino que utiliza la trampa de que el estado de alarma prohíbe la libre circulación que, a su vez, prohíbe salir de casa salvo para ir al súper y poco más, no a la Iglesia. Por tanto, la policía -nacional o local- no puede profanar una eucaristía interrumpiendo el Santo Sacrificio. Lo que puede es pedir la documentación y sancionar a los fieles cuaNdo abandonen el templo, pero no interrumpir la Santa Misa, algo que debería merecer una sanción por allanamiento al entrar sin orden judicial en una propiedad privada.

El cinismo de la ministra Laya a la pregunta de Hispanidad es de libro. ¿Qué más me da que el Congreso haya aprobado el Estado a alarma? Sólo faltaba que no lo hubiese aprobado y se hubiera aplicado.

Dejémonos de historias: la libertad La libertad religiosa, es decir, la libertad de culto para el 67% de la población, española, que se confiesa católica, está en grave  peligro en España porque Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno, al igual que otra autoridades, como el pepero alcalde de Madrid, Martínez Almeida, profanan la Eucaristía. 

¡Católicos, rebelaos! Esto sólo se solucionará cuando un obispo, decenas de curas y centenares de laicos, entren en prisión

Y la ministra González Laya se comporta con el cinismo propio de un Gobierno cristófobo que utiliza el coronavirus como excusa para acabar con la Iglesia:  lo ha aprobado el Congreso, cierto pero eso es una media verdad y una gran mentira.

Insisto: los obispos deben enfrentarse al Gobierno y propiciar las misas públicas… ¡ya mismo!  Está en juego la libertad de culto, del culto católico, en España.

En Hispanidad ya lo hemos dicho varias veces: ¡Católicos, rebelaos! Esto sólo se solucionará cuando un obispo, decenas de curas y centenares de laicos, entren en prisión.

A lo mejor así, despertamos… de una muy santa vez.

Posdata: y sobre esta persecución a la Eucaristía, y al conjunto del Cuerpo Místico, el único partido católico en el Parlamento, Vox, calladito.