ING ganó 2.485 millones de euros en 2020, un 48% menos que un año antes, después de provisionar 2.675 millones (+138,8%) para cubrir potenciales impagos en el futuro. Efectivamente, a pesar de que ING, al menos en España, es uno de los bancos con menor morosidad, Steve Van Rijswijk, CEO de la entidad, no se fía.

Y es que el negocio también sufrió por la caída de la actividad derivada de las medidas restrictivas por el Covid. Así, los ingresos retrocedieron un 3,6%, hasta los 17.637 millones de euros, tras una caída del 3,4% del margen de intereses (13.604 millones) y un repunte insuficiente del 5% de las comisiones (3.011 millones).

La buena noticia para el primer banco holandés fue la mejora durante el cuarto trimestre al registrar un beneficio de 727 millones de euros, solo un 17,4% inferior al de un año antes. En otras circunstancias, lo más probable es que el mercado hubiera acogido la caída con gran pesimismo, pero en el contexto actual ha sido justo lo contrario y la cotización del banco se ha disparado más de un 6%.

También ha contribuido el anuncio de un dividendo en efectivo de 0,12 euros por acción con cargo al ejercicio 2020. La entidad, además, espera poder repartir 0,27 euros por título a partir de octubre, si el BCE se lo permite.