El Gobierno español parece dispuesto a no dejar de sorprendernos, y al contrario de lo que ocurre en otros países, no tiene la intención de proteger a sus empresas, ni siquiera a las relacionadas con el transporte, bastante afectadas por las restricciones a la movilidad debido al coronavirus. Y es que la liberalización del AVE no se detiene ni se retrasa: empezará el próximo 14 diciembre.

De hecho, este mismo lunes, Renfe, SNCF -operador público ferroviario francés- e Ilsa -sociedad formada por Air Nostrum (aerolínea regional perteneciente a Iberia y Trenitalia (compañía que forma parte del operador ferroviario estatal italiano)- han firmado los contratos con Adif por los que darán servicio de transporte de viajeros de tren en tres líneas de AVE durante diez años. Al final, la semana pasada, se solucionó el principal escollo y la CNMC extendió la vigencia del acuerdo hasta los diez años, aunque anteriormente se había negado a prorrogarlo por más de cinco.

El Gobierno está convencido de que así habrá más servicios, más frecuencias, mejores precios y mejor calidad... Olvida que Renfe también tendrá menos ingresos 

Un “día histórico” para el ferrocarril, según la presidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera, quien está convencida de que permitirá que los ciudadanos tengan “más servicios, más frecuencias y precios más competitivos”. Considera que ante la actual crisis, la entrada de competencia en el tren de alta velocidad contribuirá a “generar valor, a recuperar la economía y a fomentar el empleo en el país”. En este mismo sentido, el secretario de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Pedro Saura, ha señalado que “no tiene que haber retrasos en la liberalización”, en una entrevista en El Economista. “Es una oportunidad para el conjunto de los ciudadanos, la economía y el sector ferroviario español en un momento en el que se espera que haya menos movilidad de largo y medio recorrido cuando pase la pandemia. La competencia es una oportunidad para ofrecer calidad y precios asequibles”, ha añadido el número dos del Departamento que dirige José Luis Ábalos.

¿En serio? Entonces, ¿por qué no hacen lo mismo en otros países? Es más, Alemania, Francia e Italia, por ejemplo, están ayudando a sus respectivas aerolíneas (Lufthansa, Air France-KLM y Alitalia). Sencillo, porque en esta crisis económica provocada por el coronavirus debe primar proteger nuestras empresas y la inversión pública… pero el Gobierno prefiere apostar por la colaboración público-privada.

En concreto, se abrirán a la competencia tres líneas de AVE (Madrid-Barcelona, Madrid-Valencia y Madrid-Sevilla): Renfe operará 86 trenes diarios; Ilsa, 16, aunque no operará hasta enero de 2022; y SNCF, 5. Y esta liberalización también supondrá una inversión de 2.550 millones: Renfe aportará 1.646 millones; SNCF, 1.200 e Ilsa, 200. Eso sí, se olvidan de que Renfe tendrá menores ingresos (por eso ha apostado por la internacionalización)... y conviene no olvidar lo mal que le ha ido en el primer trimestre