Euskaltel, con el fondo Zegona a la cabeza de su accionariado (21,3%), afronta su expansión por todo el territorio nacional -bajo la marca Virgin- con un nivel de apalancamiento de 4,2 veces el ebitda. En otras palabras, el nuevo CEO, José Miguel García, tendrá que mirar cuidadosamente dónde y cuánto invierte durante los próximos meses, porque no tiene mucho margen para aumentar la deuda, que asciende a 1.486 millones de euros. Si bien es cierto que en 2018 alcanzó los 1.532 millones.

El ejercicio 2019 fue prácticamente plano, como de transición. Los ingresos cayeron un 0,9%, hasta los 685,5 millones de euros, mientras que el ebitda creció un 2,4%, hasta superar los 340 millones. El beneficio del grupo fue de 62 millones, un 1,27% menor que el de 2018. Euskaltel -que engloba la gallega R y la asturiana Telecable- cerró 2019 con 15,2 millones de clientes, 400.000 más que en 2018.

El camino para llegar hasta aquí ha sido tortuoso. Y es que el fondo británico Zegona no lo ha tenido fácil para desbancar a Kutxabank -si lo prefieren, al PNV- y tomar las riendas de la teleco. Fue entonces cuando el fondo forzó la salida, en octubre, del presidente, Alberto García Erauzquin, y del consejero delegado -en junio-, Francisco Arteche. El primero, se llevó 1,2 millones de euros y el segundo, 1,03 millones, según el informe de remuneraciones que ha remitido este miércoles la compañía a la CNMV. El nuevo CEO, que asumió el cargo en junio, cobró 363.000 euros.

Euskaltel anunciará su nuevo plan estratégico el 10 de marzo. De momento, su expansión por todo el país, bajo la marca Virgin, se apoyará en los acuerdos mayoristas firmados con Telefónica y con Orange.