A la causa judicial contra Siemens por el despido del equipo español en la división ferroviaria, Siemens Rail Automation, se ha unido otra querella por injurias y calumnias contra la presidenta, Rosa García. La denuncia se suma a las presentadas contra la dirección por un delito contra la libertad personal y que siguen abiertas en juzgado madrileño de Colmenar Viejo.

Las anteriores fueron admitidas a trámite por el juez José María Ortiz Aguirre, como informó Hispanidad. Están dirigidas, en concreto, contra dos directivos de la multinacional germana, Fernando Ortega -director jurídico de Siemens España y hombre de confianza de Rosa García- y Robert Sikellis. Ambos fueron acusados de un delito contra la libertad personal, por los medios empleados, cuestionables por su naturaleza coactiva, para despedir, a finales de 2017, a Jesús Guzmán, Leopoldo Olea Muriel y Ricardo Sánchez Rebollo.

Rosa García lanzó la «acusación falsa» contra los exdirectivos Guzmán y Olea de «haber formado un cártel» en Siemens Rail Automation

En detonante del despido, en cualquier caso, no estaba en las causas alegadas por Siemens, sino en el expediente sancionador abierto contra la multinacional por la CNMC por prácticas anticompetitivas -mediante pujas fraudulentas o acuerdos restrictivos entre competidores- en proyectos de señalización de las líneas de Alta Velocidad en España (AVE). Un agravante, en fin, cuando Siemens necesita el visto bueno para la fusión con Alstom y crear un gigante ferroviario europeo.

La dirección de la multinacional en España se acogió a esos contratos como excusa, ejecutados con pleno conocimiento y aprobación de todos los órganos directivos de Siemens, para tumbar al equipo español de la división ferroviaria, y evitar así una multa de Competencia. Esa investigación sigue abierta y el juez ha estimado conveniente, de hecho, que declare la responsable de carteles de la CNMC.

Siemens busca culpables de sus prácticas irregulares para «acogerse al plan de clemencia de la CNMC» y evitar multas

Las querellas, como es lógico, afectan también a la presidenta de Siemens, Rosa García, a quien pidieron amparo los cesados por la gravedad de los procedimientos utilizados para sus despidos. No sirvió de nada.

Pero Rosa García ha sido objeto de otra querella, presentada el 24 de julio por dos de los directivos cesado, Jesús Guzmán y Leopoldo Olea Muriel por haber lanzado “acusaciones falsas” contra ellos, como “haber formado un cártel” que provocó la investigación ante la CNMC.

Son dos exdirectivos cualquiera. Guzmán presidía la española Dimetronic cuando Siemens la compró en 2013 y fue despedido como director general de Siemens Rail Automation a finales de 2017. Leopoldo Olea Muriel, también despedido en las mismas fechas, era responsable de Ventas de la división de Transporte.

Las acusaciones de Rosa García fueron realizadas, en concreto, en un acto público el 16 de mayo y ante unos 500 empleados de Siemens Movilidad España. La denuncia, cuya vista de conciliación será el próximo 24 de octubre en Colmenar, explica en que en esa intervención, Rosa García menoscabó “la fama y reputación en el sector”, con “un ataque gratuito y directo” hacia el trabajo del Olea y Guzmán, lo que constituye un delito de calumnias, por la falsedad, y de injurias, por su repercusión.

La intención sería la misma: imputar a Olea y Guzmán de las prácticas irregulares de las que acusa la CNMC, “con el objetivo de acogerse al plan de clemencia de la CNMC”, al situarlos como los únicos culpables de esas prácticas.

Por todo ello -a lo que se suma “un daño moral”, que afecta al honor y a la reputación de los demandantes-, la querella pide que Olea y Guzmán sean indemnizados por daños y perjuicios “con una cuantía justa”.