Endesa ha decidido echar al cierre a dos de las más importantes térmicas de carbón con las que cuenta España: la gallega de As Pontes y la almeriense de Carboneras (Litoral), en el día de la Huelga mundial por el clima.

No es que Pepe Bogas, consejero delegado de Endesa, se nos haya vuelto verde. Simplemente, aprovecha la marea de Greta, que empobrecerá a toda la humanidad, para mejorar su imagen corporativa sin dañar la cuenta de resultados. No se lo vamos a reprochar, es su obligación.

Los italianos de ENEL han aprovechado la huelga mundial contra el clima para hacer un anuncio que beneficiará a su imagen y no perjudicará a su balance

Y el regulador, el Gobierno, doña Teresa Ribera, bien puede permitírselo, porque la capacidad instalada de España da para eso y para mucho más.

Por tanto, Endesa cierra As Pontes y Carboneras porque han dejado de ser rentables ¿Por los costes elevados del carbón? No, por la disparatada decisión política, que no económica, de elevar los derechos de emisión del carbón. Porque el carbón es un material del que el planeta anda sobrado.

Aunque, desde luego, encarecerá la factura de la luz y/o no permitirá rebajar las desmesuradas subvenciones a las renovables

Por tanto Endesa no perderá y, además, la ministra Ribera seguirá presumiendo de verde y cerrando todo tipos de centrales: nucleares, térmicas y -si hace caso a los ecologistas más majaderos- también las hidráulicas -ahí es donde Ignacio Galán, de Iberdrola, pondrá el grito en el cielo- para sustituirlas todas ellas, por la cara energía eólica y por la carísima energía solar.

Y la energía eólica, por cierto, aumentará la dependencia energética de España, dado que la plataforma marítima española es muy profunda y no permite aerogeneradores ‘off-shore’, mientras la eólica terrestre empieza a agotarse, tras décadas donde se han instalado molinillos, no donde sopla el viento sino donde soplan las subvenciones públicas.

Conclusión: gana ENEL, gana el Gobierno progre de Sánchez y pierden los españoles.