Ence se ha arrugado aún más en los nueve primeros meses del año, pues ha tenido unas pérdidas de 41,8 millones de euros, frente a los 27,8 millones que ganó en el mismo periodo de 2019. Además, ha desplomado su Ebitda un 60,9%, hasta 49,4 millones, por los bajos precios de la celulosa, que se mantienen en el mínimo de los últimos diez años.

Eso sí, el hecho de haber remitido dichos resultados a la CNMV a pocos minutos de las seis de la tarde ha provocado que tuviera un escaso impacto en la cotización: las acciones han cerrado con un descenso del 0,57%, muy ligero en comparación el del Ibex (-2,14%). Y conviene recordar que los bajos precios de la celulosa ya lastraron sus cuentas anuales de 2019: sólo ganó 9 millones (-93%).

La compañía de papel y energía ha tenido una facturación de 526,9 millones (-10,3%) y ha elevado su deuda financiera neta un 8,5%, hasta 556,2 millones. El CEO y vicepresidente, Ignacio de Colmenares, ha destacado el negocio regulado de energía renovable, que “aporta estabilidad a la cuenta de resultados”, pues sus ventas se han disparado un 27,3%, sus ingresos han subido un 17% y ha logrado un Ebitda de 42 millones (+2%), lo que representa el 85% del total. Mientras que el Ebitda del negocio de celulosa ha sido de 7 millones (-92%), cuyas ventas sólo han mejorado un 7% y los ingresos por ventas se han desplomado un 20,5%.