Uno de los objetivos más imperiosos de Naciones Unidas es la implantación del aborto en el mundo, concretamente en Hispanoamérica, donde la vida del no nacido aún tiene trascendencia. Y eso ocurre, en gran medida, gracias a la influencia que mantiene la Iglesia -y los católicos- en la región. Por eso, la brecha abierta en Argentina -país referente en Iberoamérica- tiene tanta importancia para la ONU y la utilizará para implantar el aborto en toda la región.

De momento, el aborto está permitido en Cuba, Uruguay y el Distrito Federal de la Ciudad de México. La campaña de Naciones Unidas será, por decirlo así, intensa. Argentina sólo ha sido la primera etapa. Ya lo verán.

Porque, además, la ley aprobada por el Gobierno de Alberto Fernández no es una ley cualquiera. Lo explica fenomenalmente bien, como siempre, C-Fam. Se trata de convertir el aborto en un derecho humano, ojo, que prevalece sobre otros derechos fundamentales como, por ejemplo, la objeción de conciencia. Es un paso decisivo hacia el aborto obligatorio.

Concretamente, la nueva ley argentina establece como derecho humano internacional el aborto durante las primeras 14 semanas del embarazo. Por supuesto, como se trata de un derecho humano, las niñas de hasta 13 años pueden matar a su hijo sin el consentimiento de los padres. Por cierto, ya no son mujeres embarazadas, sino “personas gestantes”. ¿Comprenden?

Seguimos con C-Fam. Un aspecto decisivo que hemos mencionado antes: según la norma argentina, los médicos y enfermeras no podrán oponerse a la realización de un aborto cuando “sea necesario para salvar la vida de una mujer”. Es fácil imaginar que el riesgo de la madre de morir en el parto se va a disparar en los próximos meses en aquel país. ¡Ah! y tampoco se les permite intentar convencer a las que van a abortar para que no lo hagan.

Argentina ya ha caído. Ahora Naciones Unidas pondrá toda su maquinaria a trabajar -reforzada con Biden en la Casa Blanca- para implantar el aborto en el resto de Iberoamérica.