Esto es de locos. Ya no hablamos de un Gobierno rectificador, que lo sigue siendo, sino de un Gobierno chapuzas. El de don Pedro Sánchez. Miren, María Jesús Montero ha señalado este jueves que el Gobierno está estudiando la posibilidad de aprobar un impuesto a la banca en 2019. Lo ha dicho en una entrevista en RNE, solo dos semanas después de que el presidente Pedro Sánchez, en una entrevista en la cadena SER, descartara precisamente eso, un impuesto a las entidades financieras y centrara el debate en una tasa específica para las transacciones financieras.

“Son dos líneas importantes (impuesto a la banca y a las transacciones financieras) en las que estamos trabajando y que estamos abordando con el sector, así como también la aportación que las entidades realizan al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD)”, ha afirmado la ministra de Hacienda. Hasta ahí, el Gobierno rectificador -es la enésima vez que lo hace en menos de tres meses-, que ya nos tiene acostumbrados. En esta ocasión, además, ha sido una ministra la que ha enmendado la plana al propio presidente Pedro Sánchez, mismamente, doctor en Economía.

Lo mejor viene ahora: asegura la señora Montero que el impuesto a la banca va a consistir en un tipo impositivo de Sociedades específico para las entidades financieras. En otras palabras, pasamos de la discriminación por tamaño -el que gane más, que pague más- a una discriminación temática. Da igual el tamaño del banco: tendrá que pagar más por el simple hecho de serlo. Una chapuza de dimensiones cósmicas.

Da igual el tamaño del banco: tendrá que pagar más por el simple hecho de serlo

Y mucho cuidado porque todavía pende la amenaza de los dos grandes bancos, Santander y BBVA: si hay un impuesto especial para la banca, nos vamos de España.

El caso es que la idea de una tasa a las entidades financieras no es nueva. El mismo Pedro Sánchez la propuso en enero, cuando era líder del PSOE y nadie pensaba que seis meses después dormiría en La Moncloa. Eso sí, fue uno de los anuncios estrella de la ministra Montero a los pocos días de suceder a Cristóbal Montoro. La medida, según cálculos de Gestha, el sindicato de técnicos de Hacienda, permitiría recaudar unos 2.000 millones de euros. Dinero nuevo para sufragar las pensiones.

Las advertencias del Santander y BBVA tuvieron su fruto, al menos aparentemente

El revuelo fue grande en el sector y tuvo su culmen en la amenaza del consejero delegado del Santander. Durante la presentación de resultados del primer semestre, José Antonio Álvarez lanzó la bomba: si se aprueba el impuesto “tendremos que repensar nuestra estructura legal”, señaló.

Las advertencias tuvieron su fruto, al menos aparentemente, y el tres de septiembre Sánchez rectificó: no habría impuesto a la banca, pero sí a las transacciones financieras. No era la primera vez que el presidente se desdecía de algo y los grandes bancos, con Santander y BBVA a la cabeza, no se lo terminaron de creer. Por eso, persistieron en su amenaza.

Y miren por dónde, tenían razón. La ministra Montero ha vuelto a sacar el asunto dos semanas después y con el agravante -por chapucero- de un tipo en Sociedades específico para la banca. Atentos a los próximos días, que todo esto puede cambiar radicalmente… o no, como diría un tal Mariano Rajoy. Se admiten apuestas.