Las tres grandes compañías coinciden: a día de hoy, nadie sabe cómo se va a sustituir el cierre de los siete reactores nucleares, una solución estrella del Gobierno Sánchez que puede acabar en desastre. No porque nos quedemos sin energía, que eso siempre se puede solucionar o importar, sino porque se disparará el coste.

Pero esto es lo bueno de las soluciones políticas a 15 años vista (cierre previsto entre 2027 y 2035): que a largo plazo, todos calvos y otro ejecutivo al frente.

Le falló su intento de introducir a la energía nuclear en el precio regulado

El cierre de las nucleares probablemente haya sido el gran error económico del Gobierno Sánchez. No se le ocurre ni al que asó la manteca. Sin embargo, se ha encontrado con un aliado generoso: Ignacio Galán, presidente de Iberdrola. El principal impulsor de las PPA, o seguro de precio garantizado en la producción de energía. Y si no, recuerden la puesta en escena de Extremadura, al inaugurar el mayor proyecto fotovoltaico europeo con el que pretende sustituir a la nuclear de Almaraz. Y es que ahora le gusta, y mucho, la solar. Por cierto, en impulsar los PPA se está dando prisa porque el pasado julio firmó el primero con Kutxabank y en octubre, el segundo, con Euskaltel; dos curiosos socios: ambos vinculados al PNV y Kutxabank llegó a tener el 10% de la eléctrica, aunque ahora apenas supone un 1,7% de su capital. 

Además, según las compañías, con el cierre de los reactores nucleares, el coste de la energía se encarecerá

Otrosí: se habrá pactado la fecha y hasta el horario de cierre de los reactores nucleares pero sigue sin aclararse quién pagará el desmantelamiento. Las cifra no cuadran y Enresa no da para tanto: se ha llegado a barajar la cifra de 18.000 millones de euros, pero los fondos de esta compañía pública sólo cuentan con 5.000 millones. 

Y por cierto, si Ignacio Galán se puso al frente del cierre nuclear fue por la sencilla raíz de que la ministra Teresa Ribera no le admitió la posibilidad de introducir la nuclear en el sector regulado con rentabilidad preestablecida.

Eso sí, una incógnita: todo podría cambiar si prosperan las investigaciones sobre baterías

Volviendo al inicio: no hay manera posible de sustituir las nucleares, una energía intensiva, y el agua por molinillos y placas solares. Eso sí, también dicen los expertos que todo depende de cómo vayan los resultados de las investigaciones con baterías. Ese es un nuevo mundo, sí, que daría un vuelco a la situación pero aún totalmente inesperado.

El pacto entre las eléctricas para el cierre ordenado sigue pendiente de quién paga el desmontaje: 18.000 millones de euros

Lo único fijo científicamente demostrado es que el Gobierno Sánchez ha vuelto a jugar a aprendiz de brujo.