Parece que The Walt Disney Company no está dispuesta a quedarse sin la golosa tarta que forman las divisiones de cine y televisión de 21st Century Fox: ha elevado su oferta hasta los 71.300 millones de dólares (unos 61.555 millones de euros), superando la puja de Comcast. Los accionistas del grupo que es propiedad de Rupert Murdoch decidirán en la junta de julio, pero ya parece que ganará el progresismo y el Ceo de Disney, Robert (Bob) Iger, lograrìa llevarse el gato al agua en esta gran operación. 

Es decir, estaríamos ante extraños compañeros de viaje -los muy progres de Disney y los conservadores de Fox (aunque últimamente también se ha inclinado por contenidos progres (Avatar, por ejemplo)-. Pero al mismo tiempo, asistiríamos a todo un ‘negociazo’, demostrando que Disney, Comcast y AT&T se mueven a lo grande para controlar la producción de contenidos mundial.

Relacionado
 

Así, la casa de Mickey Mouse resolvería algunos de sus problemas: la falta de ideas y la fuerte competencia en el mundo audiovisual por la irrupción de Netflix y Amazon. Decimos falta de ideas porque:

  1. Va a lanzar una nueva trilogía de Star Wars cuando acabe la que ahora tiene pendiente y una serie de la saga con actores reales
  2. Prepara más versiones de sus clásicos animados en carne y hueso (El regreso de Mary Poppins se estrenará el próximo diciembre; Dumbo; Aladdín; El Rey León; Mulán; Merlín, el Encantador; y La dama y el vagabundo)

¿La razón? Quiere seguir sacando tajada de la guerra de las galaxias y también de sus clásicos animados, sobre todo, tras los éxitos obtenidos con las versiones humanas de Cenicienta, Maléfica (basada en La Bella Durmiente), Blancanieves, Alicia en el país de las maravillas, El libro de la selva, y La Bella y la Bestia.

Disney y su ideología: panteísmo, ideología de género, ocultación de Dios... y con los activos de Fox será más políticamente correcta y feminista

Y ojo, porque no se trata sólo de simples dibujos animados en versión de carne y hueso, sino de insistir en determinados aspectos ideológicos como: el panteísmo, la ideología de género, la ocultación de Dios,… Su gusto por el panteísmo ha quedado demostrado en películas tan aclamadas como El Rey León o Pocahontas, donde prefiere la ‘energía espiritual’ que brota de los animales, los árboles o las montañas, huyendo de la trascendencia como de la pólvora. Esto también se puede ver en la exitosa Frozen, donde se prohibió la palabra Dios, pues Disney es una de las mayores organizaciones pro-homosexuales de EEUU. Además, Disney se hizo con Pixar en 2006 y con Marvel en 2009, por lo que el de Fox sería otro gran movimiento en su trayectoria. 

Claro que la cosa no acaba aquí. Si finalmente la casa de Mickey Mouse se hace con los estudios de cine y televisión de 21st Century Fox, añadirá a su portfolio de contenidos: la trilogía antigua de Star Wars; la panteísta Avatar (que se convertirá en otra saga); los superhéroes de Marvel que le faltaban (X-Men, Deadpool, Los Cuatro Fantásticos); la popular serie televisiva de Los Simpsons; las sagas de El Planeta de los Simios o Alien, entre otras muchas. Un suma y sigue, en línea con el pensamiento políticamente correcto: muchos superhéroes y galaxias en lugar de Dios, más panteísmo, más homosexualismo (por ejemplo, puede que Frozen 2 tenga una princesa lesbiana…) y cómo no, oda al feminismo (Disney se haría con el 60% del servicio de streaming Hulu, ahora propiedad de Murdoch, que entre sus contenidos destaca El cuento de la criada -que ahora ha empezado a emitir Antena 3-).

Y una última hora: Disney y Pixar tienen nuevos directivos creativos tras la marcha de John Lasseter por las acusaciones de acoso sexual, según recoge Espinof, quien estaba fuera de la factoría de Mickey Mouse desde que saltó el escándalo el pasado noviembre. Los sustitutos son Jennifer Lee -directora de Frozen, que está volcada en la segunda parte- y Peter Docter -director de Del revés, que es una exaltación del mundo de las emociones-, respectivamente.