La autoproclamación de Joe Biden como presidente de Estados Unidos -si los tribunales no lo remedian- tuvo lugar en Delaware, donde los demócratas instalaron su cuartel general. Es decir, que tuvo por escenario el paraíso fiscal norteamericano de interior.

Al tiempo, el somnoliento Joe aparecía en escena con un bebe en brazos -¡Pobre bebé!-, a paso ligero, por un interminable pasillo (acabó agotado) para demostrar que, a sus 77 años, está hecho un chaval. Vamos, que el somnoliento Joe volvió a hacer el ridículo.

A lo mejor es una mera coincidencia (las casualidades se dan de vez en cuando, las coincidencias… nunca jamás), pero lo cierto es que la progresía mundial, esa que ha cicatrizado en el envenenado Nuevo Orden Mundial (NOM) ha conseguido echar a Donald Trump, ese mutante que apareció en escena y destrozó los planes del NOM: un gobierno mundial que establecería un nuevo orden, antítesis del cristianismo.

La vicepresidenta define el programa del gobierno mundial NOM como “unidad, decencia, ciencia y verdad”: todo suyo

Para ello, ha tenido que utilizar al “moderado”, e hipócrita, Joe Biden, más vendible que la víbora de Kamala Harris, la baza del Nuevo orden para suceder a Biden, en caso de que a Joe le sobrevenga algún percance. Una idea para el Partido Demócrata: si se nos muere -o es muerto- el somnoliento Joe, conseguiríamos a Kamala Harris ascendida automáticamente a la Presidencia. De vicepresidente se podría colocar a un gay, un trans… mientras se prepara a Michelle Obama para la Casa Blanca.

Porque el NOM tiene claro que quien manda en el Mundo no es el presidente de la todavía primera potencia mundial, aunque se trate de un peón muy útil. Y desde juego, el NOM pretende ser nuevo orden algo que no encaja con la edad talludita de Joe Biden, que en todo esto juega el papel de un estómago agradecido… pero ya senil.

En otras palabras, yo no apostaría porque Biden termine su primera legislatura.

El NOM se apropia y profana tres valores cristianos para apuntalar su proyecto de tiranía global

Y lo mejor para el Nuevo Orden sería, naturalmente, que Biden sufriera un atentado, que poder asignar a la ultraderecha. 

Insisto: ¿cuánto durará como presidente el somnoliento Joe (77 años) antes de ceder el poder a la venenosa cristófoba Kamala? No lo sé pero Biden ya ha resultado un instrumento muy útil para echar al cristiano Donald Trump de la Casa Blanca y hay que acelerar el paso.

Vamos ahora con las ideas triunfantes en las elecciones de 2020. Las ideas, en política, sólo en política, son más importantes que las personas. Kamala Harris aprovechó la presentación de Biden como nuevo presidente de USA, para exponer el programa del gobierno mundial, del consenso NOM, que ese es el objetivo final. Lo hizo en cuatro palabras: unidad, decencia, ciencia y verdad. Mientras, Biden lanzaba un cuerda -resbaladiza, la verdad- a los 70 millones de votantes de Trump, asegurándoles, chico generoso, que podían tener cabida en su proyecto siempre que se sometan a sus dictados, Harris, se centraba en un deber y tres contravalores. El Nuevo Orden Mundial (NOM) se apropia de cuatro valores cristianos: verdad (que sí existe, no como predica el relativismo, origen del NOM). Luego la sabiduría, que el pensamiento único progre ha reducido a la ciencia empírica, una pequeñísima parte de la verdad.

Pero como la ciencia positiva también forma parte de la verdad, el NOM ha  decidido que ciencia es lo que el NOM diga que es ciencia y sobre todo, que  científico -o experto- es aquel que el NOM certifique que lo es. Y el que no, pues no lo es.

Hipocresía NOM: el abortero Biden se exhibe con un bebé en brazos

Recuerden al matemático Blas Pascal, cuando un agnóstico le enseñó un frontis donde se podía leer la siguiente leyenda “La Ciencia no tiene ni fe ni patria” A los que Pascal respondió: “Así es, la ciencia no tiene ni fe ni patria, pero los científicos sí".

Otro valor cristiano convertido en contravalor por Kamala Harris, la obra más granada del Nuevo Orden es el de decencia. Es curioso, Kamala Harris, como los socialistas y podemitas españoles, han invertido el significado de decencia, virtud cristiana, que hace relación, no sólo a la longitud de las faldas sino al bien y a la belleza.

Precisamente cuando el progresismo ha instaurado la sociedad donde la indecencia se ha vuelto pureza y donde ha sembrado su habitual inversión de valores: lo bueno se ha convertido en malo y lo antinatural se ha convertido en natural. Ejemplo: el aborto para el NOM ha dejado de ser un asesinato para convertirse en un derecho.

En cuanto a la unidad… La unidad no es un valor. Cuando Biden y Kamala hablan de unidad repiten la mala intención de Pedro Sánchez: unidad, sí, pero bajo mi mando. Y lo más grave: quien no esté unido al mando único será eliminado. Tres contravalores de los que se apropia el Nuevo Orden en su proyecto de tiranía global.

Por último: no me resisto a destacar la hipocresía NOM: el abortero Joe Biden se exhibe con un bebé en brazos. Es como si Herodes el Grande se fotografiara con los bebés de Belén.

Ya lo hemos dicho en Hispanidad: ¿católico abortero? Lo peor de lo peor. Me quedo con ateos y agnósticos. Al menos, no son hipócritas: les gusta la muerte y les molesta lo débil. Y lo dicen.