El primer semestre del ejercicio fiscal de El Corte Inglés (1 de marzo a 31 de agosto) ha sido incluso mejor de lo que se temía. Las ventas, con dos meses y medio cerrados, han caído un 27%, según fuentes de los grandes almacenes. Ojo, el desastre acecha en lo que antaño fue su punto fuerte: confección de hombre y, sobre todo, de señora, cuyas ventas han caído, ambos, por encima del 40%.

Las ventas en alimentación han crecido un 15% pero la ropa de señora y de caballero ha caído más del 40%

El turismo ha resultado demoledor. Así, los centros que viven del turismo extranjero se han venido abajo, y eso que solían ser los más rentables. Ejemplo: el Castellana de Madrid o el barcelonés de Plaza de Cataluña, que vive de los cruceros o el famoso centro de Marbella. Curiosamente, por decir algo, el centro de Talavera de la Reina donde Isidoro Álvarez se empeñó en convertir la estación de autobuses en un centro comercial, centro que, generalmente, funciona de forma harto deficiente… y que este semestre ha duplicado ventas. Pero resulta poco significativo.

Punto débil: los centros que viven del turismo. Por ejemplo, el madrileño de Castellana, el barcelonés de Plaza Cataluña o el de Marbella

Lo más esperanzador: la venta electrónica ya supera el 10% de las ventas totales, lo que supone que se han multiplicado por cinco los ingresos y por seis los pedidos. Esto es estupendo pero no nos engañemos: la logística del Grupo es, hasta ahora, extraordinariamente deficiente. Está mejorando, ciertamente pero a ECI le queda mucho camino por andar en este punto. Su principal problema: el retraso en las entregas. La clave del comercio por internet no es la informativa sino el transporte.

Comercio electrónico: ECI fracasa en la logística