En las 24 horas anteriores a la tarde del Viernes Santo, España registró 510 fallecimientos, que son la cifra menor de las últimas tres semanas… pero que siguen siendo cifras escandalosas. En esas mismas 24 horas -por cierto, más de 6.000 fallecidos hay ya en Madrid-, hubo 4.830 nuevos contagios, subida que no estaba prevista por las autoridades –es un fracaso del confinamiento, se mire como se mire- con una cifra total de infestados que ya alcanza las 161.852 personas.

Por último, aumenta el número de afectados que han superado la enfermedad y han sido dados de alta y esta es la parte positiva de la cuestión: 59.104. De ellas, 3.441 personas dadas de altas durante las últimas 24 horas.

El drama, además de los fallecidos, naturalmente, es que seguimos sin saber nada del virus. Y el convencimiento mundial de que China ha mentido y sigue mintiendo, no ayuda.

Los representantes de Guardia Civil y Policía Nacional presumen de las detenciones que realizan

Rueda de prensa de los cuatro ministerios (Sanidad, Fomento (ahora Transporte), Interior y Defensa) para informar sobre la evolución de la crisis durante las últimas 24 horas. Ojo al dato: Policía y Guardia Civil presumen de las detenciones que hacen. O sea, que el objetivo de la lucha contra el coronavirus no es evitar o frenar su propagación, sino detener a todo aquél que, según el criterio del agente de turno, debe ser detenido.

Y encima aplaudimos a una policía que se vanagloria de las decisiones que realiza, muchas veces producto de nuestra delación. Una cosa es permitir, incluso comprender, la represión y otra aplaudirla. Lo dicho: caminamos hacia la dictadura.