Consejo de Ministros del viernes 8, primero del Gobierno de socialistas de Pedro Sánchez.

Isabel Celaá es, a sus 69 años, una mujer afable. Así que como mujer, y afable, le ha tocado ser portavoz. Ha empezado con esa humildad femenina tan eficiente que consiste en pedir ayuda. Y luego, haciendo gala del feminismo que nos invaden empieza a cantar las excelencias de su Gobierno sin darse cuna -¿O sí?- de que estaba despreciando con altanería al Gobierno anterior. “Hemos recuperado el impuso”, nos hemos vendido a aprender sino ya sabiendo de las competencias que tratamos”, hemos recuperado “la agenda institucional y europea” (¿Qué pasa el PP carecía de ella?) y hemos recuperado “el buen ambiente”. Curioso que el partido del “no es no”, el que más ha crispado lavida público. ¿Ya sabe, porque no vamos a ser humildes si todo el mundo sabe que somos los buenos?

Y sí, todo indica que este Ejecutivo subirá los impuestos

Es la injusticia feminista: el presidente Sánchez anima a sus ministros a nombrar mujeres para los altos cargos mujeres… salvo en la Presidencia, naturalmente. Bueno, y Cataluña, cómo no. Otra medida cosmética: la Generalitat ya puede utilizar sus cuentas bancarias para efectuar pagos. Lógico es lo que había que hacer tras anularse el 155. Este va a ser el Gobierno de la cosmética.

Pero sí, hay que reconocerle a doña Isabel Celáa que es amable. Y eso vale mucho, casi todo, en un portavoz.

Más cosas. Celaá es titular de Educación. Fue la misma consejera de Educación del País Vasco que pretendía retirarle la financiación a los colegios de educación diferenciada. Pero doña Isabel lo tiene claro: “Le aducación concertada no tiene nada que temer… trabajamos para todos… pero nuestra prioridad es la pública”.

La injusticia feminista: El presidente anima a sus ministros a nombrar mujeres para los altos cargos mujeres… salvo en la Presidencia

Es decir, que la educación católica, que de eso hablamos, sí tendrá problemas, sí tiene algo que temer del nuevo gobierno. Quizás mucho.

Tengan en cuenta que Isabel Celaá es una católica rarita: se dice católica  practicante pero considera que la asignatura de religión debe suprimirse porque es catequesis. Pues claro, señora, ¡qué otra cosa pretende que sea! Y lo malo es que tantas veces no lo es.

Ahora bien, resulta, señora ministra, que los padres del catequizado tienen derecho a elegir el tipo de educación que desean para su hijo. Y pagan dos veces: al concertado (donde siempre pagan algo) y pagan, vía impuestos, la plaza pública que sólo aprovecha al hijo del vecino.

Así que la prioridad debería ser, por mor de la libertad de enseñanza, la educación privada y privada concertada. Nos sale más barata a todos.

La ministra de educación se dice practicante pero no le gusta la enseñanza diferenciada. Es ministra de Educación además de portavoz. Pero no quiere no oír hablar de educar a los niños en la fe. Curioso.

Cataluña: medida cosmética. Orden a los bancos de admitir los pagos del Gobierno autónomo

Más. Hispanidad también pregunta si van a subir los impuestos. Dice que no va a anunciarlo pero que resulta que tienen una política “social”. ¡Ay madre!

Pues muy sencillo: tienes que hacer gestos sociales para asegurar que te preocupas de los más desfavorecidos. Pues bien, eso se llama gasto. Y como resulta que Europa no permite gastar más y te exige que cumplas los Presupuestos 2018, los de Montoro, que tu mismo desaprobaste… pues entonces lo único que puedes hacer es subir los impuestos, pero eso resulta impopular.

Lo demás, diálogo. Con Cataluña y con Ceuta y Melilla, per lo primero resulta más peliagudo.  

E igualdad, insisten e insisto, mucha igualdad, sobra todo entre hombre y mujeres. Y muchos nombramientos de mujeres. Recuerden el feminismo es un virus letal pero, sobre todo, permanente, eterno. Las reclamaciones de las feministas no tienen fin.