Pasadas ya la presentación de los pesos pesados de la banca nacional más internacional, hoy nos llegan las de la banca más “local”, con perdón y espero que no se ofendan mis amistades catalanas, pero al fin y al cabo Caixabank, por origen no deja de ser, en sus orígenes, una caja local a la que su estrategia de supervivencia ha obligado a darse una pátina de internacionalización. Eso sí, aquella caja se ha convertido en el primer banco español y, como recordaba su CEO, Gonzalo Gortázar, durante la presentación de los resultados correspondientes al primer semestre de 2020, cada mes va marcando distancias con BBVA y Santander.

Parece que la teoría de la sobrevaloración de los negocios en otros países, en especial en EEUU, no va por mal camino, ya que la entidad no opera a través de entidades de crédito extranjeras adquiridas salvo en Portugal con su participada BPI y las cuentas, dentro de la realidad que nos ha impuesto la crisis sanitaria global, no reflejan quebrantos como los que vimos en los dos últimos días.

Aún así, el resultado de los seis primeros meses, 205 millones de euros (M€), ha sido un 67% inferior al registrado durante el mismo periodo de 2019, pero presenta una recuperación del 29% respecto al primer trimestre del ejercicio.

Por epígrafes importantes, el margen de intereses 2.425M€ se ha reducido un 2,1% en relación con el mismo periodo de 2019 por el impacto sufrido por la crisis COVID-19. Sin en cambio, al igual que en otras partidas de la cuenta de resultados, el segundo trimestre contempla una tibia mejoría de un 2,1%. Los créditos ICO han sido una importante medida de reactivación que ha significado un crecimiento del 5,0% en el crédito total, siendo el crédito a empresas el que crece un 12,5% y el de particulares solo un 1%. La financiación a tipos más bajos del BCE ha compensado los tipos más bajos aplicados. Las comisiones en el conjunto de los dos trimestres crecen un 1,5% respecto al ejercicio pasado, pero al igual que en las entidades que ya hemos visto el segundo trimestre ha sido especialmente negativo en este epígrafe con 57M€ menos que en el primero.

Los dividendos percibidos, -41,6% como consecuencia de los aplazamientos de distribuciones, la menor rentabilidad recibida de las sociedades por puesta en equivalencia, -53,7%. Los ROF esta vez aportan un 45,5% menos respecto al 1029, al margen debido al resultado de -20M€ registrado en el primer trimestre. Los resultados por las operaciones de seguros crecen 23M€ a pesar del descenso registrado en el segundo trimestre por los efectos del confinamiento y cierre de actividades. El margen bruto de 4.117M€ es un 7,4% menor que en el pasado ejercicio.

Como el resto de la  gran banca española, ha preferido recortar beneficios y provisionar más. Y no renuncia al dividendo a final de año

Los gastos recurrentes, 2.345M€ (-2,6%), han registrado descensos tanto en gastos de personal como en gastos generales. El ratio de eficiencia es del 56,9% frente al 67,0% debido a 978M€ de gastos extraordinarios registrados en el pasado ejercicio.

Hasta aquí más o menos podríamos decir que el impacto en el negocio de Caixabank, con una penetración importante en el negocio minorista y de pequeña empresa, ha encajado de una forma “aceptable” el impacto de la pandemia que otras entidades ha acusado más, cuando menos en el margen de explotación, pero los análisis de las repercusiones por COVID-19 en los riesgos, les obligan a dotaciones por insolvencias de 400M€ en el primer trimestre y 755M€ en el segundo, solo con este fin, y que por finalidades son 432M€ a créditos particulares, 405M€ a adquisición de viviendas y los 318M€ restantes a empresas. A ellos que se añaden 179M€ más por la morosidad ordinaria de la cartera de créditos, en total 1.334M€ de provisiones para insolvencias en el semestre cuando en 2019 fueron 204M€. Los activos dudosos crecen 426M€ hasta los 9.200M€, con un ratio de morosidad del 3,5% y una cobertura del 63%.

El ratio de liquidez ha mejorado en 12pp y se sitúa en el 198% y el ratio LTD se sitúa en el 99%.

La solvencia CET1 es del 12,3% y sin las medidas transitorias IFRS29 es del 11,8%, seria importante que el regulador obligase a incluir esta información en los estados financieros pues se está distorsionando la verdadera situación de las entidades.

Esto es lo que tiene una banca más local de cara a la internacional. Es más fácil acotar las situaciones de emergencia, pero no nos engañemos porque la señal que manda Caixabank  con la venta de una parte de su negocio en tarjetas de comercios Comercial Global Payments y que le generará 410M€ de plusvalías no es una señal tranquilizadora.

Vamos con otras cuestiones: Gonzalo Gortázar no cree en las fusiones. Ahora bien, sí cree en el crecimiento orgánica. De hecho, este semestre Caixabank se consolida como el primer banco en España, que aumenta su ventaja sobre las divisiones nacionales de BBVA y Santander.

Eso sí, como el resto de la gran banca española, ha preferido recortar beneficios y provisionar más. Y no renuncia al dividendo a final de año. El BCE cambiará de opinión.