A la vista de sus resultados de los nueve primeros meses del año, BMW va mejor que Daimler, pero peor que Volkswagen. Y es que el fabricante de automóviles alemán que preside Oliver Zipse ha obtenido un beneficio neto de 3.614 millones de euros hasta septiembre, un 37,1% inferior al de hace un año, pese al buen tercer trimestre.

BMW tampoco ha logrado mejorar el beneficio operativo en los nueve primeros meses, que ha sido de 5.079 millones (-29,1%), ni el margen sobre ventas en el segmento automovilístico, que ha bajado un 3,5%, hasta el 4,1%. Eso sí, la facturación ha ascendido a 74.844 millones (+3,4%) y Zipse confía en “lograr nuestros objetivos para todo el año”.

El fabricante de marcas como BMW, Mini y Rolls Royce ha ganado 1.546 millones (+11,5%) en el tercer trimestre. Por su parte, el beneficio operativo ha subido un 32,9%, a 2.289 millones, y el margen sobre ventas en automóviles, un 2,2%, hasta el 6,6%. Zipse está convencido de que el modelo de negocio de BMW saldrá reforzado de la transformación tecnológica que atraviesa la industria automovilística: de hecho, ha aumentado su oferta en movilidad eléctrica y prevé lanzar 25 modelos eléctricos o híbridos en 2023.