Carlos Torres no ha podido comenzar su mandato de una manera más convulsa. Solo nueve días después de asumir el cargo estalló el escándalo del espionaje ilegal encargado, supuestamente, por FG a Villarejo. Los hechos son muy graves y pueden tener consecuencias nefastas para el banco.

Las presiones que está recibiendo el presidente son muy fuertes para que rompa definitivamente con su antecesor, lo que significaría, entre otras cosas, quitarle a FG todas las prebendas que negoció antes de su salida: despacho en el Paseo de Recoletos (Madrid), coche, chófer, avión, catering y gimnasio, además de exigirle la devolución de los 79 millones de euros de pensión.

Pero lo más importante y la clave de la decisión que tiene que tomar Carlos Torres: llevar a FG ante los tribunales. Eso sí que certificaría la ruptura total con el anterior presidente. 

Por ahora, no vamos a llevar a FG ante los tribunales porque no hemos encontrado pruebas

De momento, y a pesar de las presiones, Torres está con FG. Lo corrobora la carta interna que ha remitido este lunes a los trabajadores del banco. “A finales de mayo de 2018 habían aparecido noticias sobre pagos de BBVA al Grupo Cenyt, al que vinculaban con el excomisario José Manuel Villarejo, entonces en prisión. Por ese motivo, en junio de 2018 iniciamos una investigación sobre la contratación y los servicios prestados por el Grupo Cenyt a BBVA, que está en curso”, señala la carta.

“En dicha investigación -prosigue- se ha comprobado que efectivamente dicho grupo prestó servicios diversos al banco, pero no se ha encontrado ninguna documentación que refleje el seguimiento e intervención de comunicaciones privadas a la que se refieren las noticias publicadas en los medios de comunicación desde el 9 de enero”. Esta es la clave: de momento no vamos a llevar a FG ante los tribunales porque no hemos encontrado pruebas.

Esperar una semana para tomar una decisión podría tener consecuencias nefastas para el banco

En otras palabras, Torres está, de momento, con FG. ¿Por qué no rompe con él inmediatamente y sin medias tintas? ¿Podría pensarse que Torres estaba al tanto de todo o que, al menos, conocía parte de la trama? Recuerden que Villarejo siguió trabajando para FG entre 2012 y 2017, y que Torres fue nombrado CEO en mayo de 2015.

En definitiva, Torres tiene que decidir y lo tiene que hacer pronto. Algunas fuentes consultadas por Hispanidad señalan el próximo lunes 21 como fecha clave -hay Consejo de Administración-, pero otras sostienen que la situación requiere una respuesta inmediata y que esperar una semana podría tener consecuencias nefastas para el banco.

Porque está en juego, no ya el futuro de FG o el de Torres Vila, sino el de toda la entidad. Y eso es muy grave.