Según publica La Razón, desde que hace dos años el albergue juvenil Richard Schirrmann se convirtiera en un centro de menores no acompañados el balance de incidentes ha dejado alrededor de 40 denuncias, con cerca de 60 menores implicados. Si a eso se suman los delitos denunciados en sus alrededores, casi siempre por robo con violencia, la cifra se dispara aún más. En todo caso, en lo que respecta a los límites del centro, hablamos de alrededor de dos denuncias mensuales, que en muchas ocasiones han obligado a intervenir a la Policía Nacional.

En este tiempo, los altercados han sido aparatosos. Quizá, el que más, el registrado el pasado noviembre. Entonces, ya de madrugada, los agentes tuvieron que entrar en el centro protegidos con escudos, después de que dos menores, que se negaban a entrar en sus estancias a la hora señalada, les recibieran con una lluvia de objetos. El resultado fue de dos internos detenidos y cuatro policías heridos.

Los vecinos de la zona han denunciado la situación en numerosas ocasiones dado que, en los últimos meses se han producido robos y agresiones a los residentes del barrio, a manos de los menas que viven en dicho centro. Tanto es así que hasta los vecinos sociopodemitas de Batán pidieron lo mismo que en su día solicitó Rocío Monasterio (Vox): que se vayan los menores del polémico centro