‘Y se armó el Belén’ como diría Paco Martínez Soria en la película dirigida por José Luis Sáenz de Heredia. Era de esperar que en esta edición, marcada por la aparición de Vox en la escena parlamentaria y su oposicion al Lobby gay, ocurriera lo que finalmente le pasó a Inés Arrimadas, número dos de Ciudadanos, y a todo el séquito que suele acompañar a don Albert Rivera, ausente, por cierto, en la marcha. Dicen que los líderes políticos huyen y deciden no presentarse allá donde no van a ser bien recibidos o bien puedan quedar en ridículo.

Pues bien, los representantes de Cs,  Patricia Reyes, Ignacio Aguado, Begoña VillacísMarcos de Quinto, además de Inés Arrimadas, tuvieron que salir escoltados por la policía, a trompicones, tras ser expulsados de la marcha LGTBI, entre insultos, bloquos y lanzamiento de botellas y latas. Actitud justificada posteriormente por el propio Marlaska o la podemita Ione Belarra.

Arrimadas se dirigió a las puertas del Congreso de los Diputados para mostrar su indignación con lo sucedido y señalar al PSOE y a Unidas Podemos porque, a su juicio, "llevaban semanas calentando, como hicieron el 8-M". Arrimadas se refirió al "odio sembrado" por PSOE y Podemos y concluyó: “los fascistas que hoy nos han intentado echar del Orgullo no se van a salir con la suya”.

Grande Marlaska había criticado a Ciudadanos por “pactar de una forma descarada y obscena con quien trata de limitar derechos LGTBI”

A su lado, visiblemente afectada, la diputada Patricia Reyes denunció la agresión que sufrieron los afiliados “a los que se ha echado de un sitio donde se reivindica la libertad" y donde les habían "tirado de todo”.

"La democracia en España, si no corta este tipo de actitudes, está en peligro", concluía Arrimadas. Desde Moncloa,silencio absoluto.

PSOE y Podemos no sólo no condenaron los ataques a Ciudadanos en la manifestación sino que los justificaron, por el presunto apoyo de Cs a Vox

El rifirrafe de reproches y acusaciones, entre partidos políticos en relación al Orgullo madrileño han sido prácticamente constante en las últimas semanas y el detonante de lo ocurrido. Sobre todo tras la propuesta Vox, que sugería trasladar la fiesta lejos del Centro de Madrid, a la Casa de Campo. Y como un efecto colateral, los diferentes colectivos y los partidos políticos de izquierda han arremetido contra Ciudadanos por sus pactos con el partido de Santiago Abascal.

El propio presidente del Gobierno Pedro Sánchez hacía hincapié y destacaba en su cuenta de twitter que el Orgullo es un reflejo de España. “Hace tiempo España decidió ser vanguardia, decidió que quería ser libre, justa, abierta y solidaria. El #Orgullo2019 es la expresión de la sociedad española, que se esfuerza cada día por seguir avanzando y tiene muy claro que no dará #NiUnPasoAtrás”. 

Antes, el ministro de Interior en funciones, Fernando Grande Marlaska, ya había criticado a Ciudadanos por “pactar de una forma descarada y obscena con quien trata de limitar derechos LGTBI”. Acusaba de “hipócrita y cínico” a Cs y de buscar el “protagonismo en un día en el que no les toca” en lugar de hacerlo “en el día a día”.

 “Si alguien no entiende que los pactos con quienes, de una forma descarada y obscena, quieren acabar con los derechos de las personas LGTBI debe tener alguna consecuencia en un sentido o en otro podría calificarse de irresponsable”, decía en declaraciones a los medios asistentes a las celebraciones del Orgullo y durante el acto de bienvenida a las delegaciones LGTBI del PSOE.

Horas más tarde, después de ser evacuada junto a sus compañeros por la Policía Inés Arrimadas lo acusaba de haber “calentado el Orgullo” contra el partido naranja “y sus votantes”. Y hoy mismo acaba de pedir su dimisión... por el "odio" sembrado. 

Es cierto que el colectivo LGTBI había anunciado su veto a Ciudadanos, pero también es cierto que la presidenta de COGAM, colectivo LGTBI+ de Madrid, Carmen García de Merlo, condenaba los ataques a Ciudadanos en el Orgullo de Barcelona y Sevilla y pedía que los ataques no se repitieran en los actos que se iban a celebrar en Madrid. Al parecer, no le han hecho mucho caso.

Después de ser evacuada junto a sus compañeros por la Policía Inés Arrimadas acusaba a Marlaska de haber “calentado el Orgullo” contra el partido naranja 

Ciudadanos, al que se le critica querer ser la novia en la boda, el muerto en el entierro y el niño en el bautizo, todo menos definirse políticamente, ya había recibido varios zascas por su video publicado en su cuenta de Instagram, en el que dejaban claro que el día 6 de julio estarían en la marcha y la apoyarían aunque no cuenten con una carroza oficial. 

Por el tono de las respuestas de los usuarios estaba claro que los de Rivera no iban a ser especialmente bienvenidos a la celebración:

@carlos29_sa "Menos vídeos y más luchar y asegurar los derechos LGTBI"

@angelito8189 "Que estupidez lo del orgullo ocuparos mejor del empleo, pensiones y dejar estupideces como estas"

@josemartinezphoto "Que verguenza que justamente hableis de celebrar algo pactando con partidos que han dicho abiertamente barbaridad sobre el colectivo. Lobo con piel de cordero es lo que sois, menos orgullo y más apoyar realmente a un colectivo muy desfavorecido por gente como vosotros @ciudadanos"

@gorllitox "NO OS QUEREMOS EN EL ORGULLO.

Pero no podían sospechar que fueran a ser recibidos con tanta animadversión: "odio", en palabras de la número dos de Ciudadanos.  

Y por si no había quedado claro, y aunque el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, calle ante los ataques a la comitiva de Albert Rivera, su partido, el PSOE, de forma oficial, ha salido en defensa del Ministro del Interior, ante las "infamias" vertidas contra Marlaska. Al parecer, el culpable de lo ocurirdo el sábado en Madrid es el agredido... Ciudadanos. Por provocar.