Florentino Pérez, ¡Oh capitán, mi capitán!, tomó tres decisiones el mismo día: acordó el precio de venta de su negocio industrial a Vinci -4.950 millones de euros-, cesar a Marcelino Fernández Verdes como consejero delegado de ACS y convocar elecciones en el Real Madrid, que nuevamente no volverán a celebrarse porque nadie arriesgará la millonada que hay que poner sobre la mesa para competir con Florentino, por lo que ¡Oh capitán mi capitán! volverá a ser el único candidato y las elecciones no tendrán que celebrarse.

Quien quiera retar a ¡Oh capitán mi capitán! tendrá que poner en juego unos 100 millones de euros. Hay fines de semana que yo no los gano.

Florentino Pérez, 74 años, y Ángel García Altozano (72) arrinconan a Fernández Verdes (66). Este es el problema: saber retirarse a tiempo

Vamos con Fernández Verdes. Ya lo decía Alfonso Escámez: yo no nombro delfines porque se me mueren. A Florentino le pasa lo mismo: hizo Ceo a Verdes sólo cuando él mismo sumó el cargo de Ceo al de Presidente de ACS. Cuando lo anunció, en un corrillo con periodistas, alguien le preguntó qué funciones en concreto le iba a ceder al ’otro’ consejero delegado, a Marcelino. La respuesta fue: “Yo no cedo nada” (Junta de 2015).

Ahora, Marcelino permanecerá en la alemana Hotchief y en la italo-española Abertis, pero no en el consolidado. Ha sido degradado, al parecer, por negarse a renunciar a su ‘bonus’ en la australiana CIMIC, donde el extra salarial se fijó según facturación, no según beneficio.

Para entendernos, un presidente de 74 años cesa a su Ceo, y presunto sucesor de 66 años. Como Escámez lo hace para que no se le mueran. Y encima, resulta que Marcelino Fernández Verdes se lleva un poco mal con García Altozano (72 años), director general corporativo de ACS, que de hecho, es un número 2 pero que, con sólo cuatro años menos, es difícil considerar sucesor de Florentino.

Quien quiera competir con Florentino Pérez por la Presidencia del Real Madrid tendrá que poner sobre la mesa 100 millones de euros. Yo me lo estoy pensando

Vamos ahora con el negocio. Los resultados de 2020 no han sido buenos: deuda al alza y ebitda a la baja. En definitiva, en estas circunstancias, ¿era la mejor idea vender la joya de la corona de una constructora, la industrial, y mantenerse en esa nueva burbuja financiera en la que se ha convertido la energía renovable, donde nadie quiere estar más de un lustro, porque todo el mundo se dedica a comprar y vender, es decir, a especular,… con la muy ecológica energía verde?

Llama la atención en un personaje como Florentino Pérez, porque una de sus máximas es que las constructoras han perdido el espíritu de contratista. Es decir, el espíritu de industrial, de aquellos personajes que medían al gramo los gastos, porque el contratista que excede el presupuesto, se arriesga a unos números rojos irreparables. Es decir, el modelo de actuación opuesto al modelo especulativo de las huertas solares: hoy entro, mañana salgo; hoy compro, mañana vendo.

El otro mandamiento florentiniano era el del ingeniero, ese hombre que crea cosas. En efecto, Florentino es ingeniero de estudios y profesión durante muchos años, pero ahora ha pasado de ingeniero a financiero.

Y respecto a su tercera decisión. Renovar como presidente del Real Madrid por sexta vez…

La era Florentino se ha caracterizado por una inversión de términos frente al Barça: antes, aunque fuera el Barça quien venciera, era el Madrid el que convencía. Ahora es justo al revés

Seguramente volverá a convertir las elecciones en plebiscito y, al final, no hará falta ni poner las urnas. Ahora bien, en el madridismo cunde la idea de que no estaría mal un cambio de rumbo. Vamos, que cada vez son más los que piensan que Florentino se ha cargado el madridismo. Entre otras cosas porque se ha cargado la idea de un equipo de cantera española, no solo madrileña, adosado al cual se encuentran un par de fichajes estrella.

Ahora, el Real Madrid es lo contrario: un conjunto de estrellas adosado a las cuales se encuentra un reducido grupo de canteranos, que en cuanto despuntan son traspasados. Es decir que el madridismo agoniza y hasta esos canteranos se convierten en ‘vedetes’ o como diría un castizo, en “estrellitas”, a la menor oportunidad.

La era Florentino se ha caracterizado por una inversión de términos frente al Barça: antes, aunque el Barça venciera, era el Madrid el que convencía. Ahora es justo al revés.

Florentino Pérez 74 años y Ángel García Altozano (72) arrinconan a Fernández Verdes (66). Este es el problema: saber retirarse a tiempo.

Y ojo, que ¡Oh capitán mi capitán! también tiene pendiente el asunto Villarejo. Enfrente, la horma de su zapato: Ignacio Galán, otro que también es presidente y Ceo de Iberdrola, todo a un tiempo. Ese partido no ha terminado y ninguno de los dos se conforma con el empate.