El consejero delegado y máximo accionista de Tesla, Elon Musk, ha anunciado, vía Twitter, que no descarta excluir a la compañía de Bolsa. ¿Por qué y por qué ahora? En una carta enviada a los empleados, Musk argumenta que busca “crear el entorno para que Tesla funcione mejor”. Y pone como ejemplo Space X, su otra empresa que no cotiza. “Es mucho más eficiente desde el punto de vista operativo y eso se debe en gran medida a que es de propiedad privada”.

La caradura del señor Musk no tiene límites. ¿No será que ahora, tras la publicación de los resultados del primer semestre, el ‘jeta’ de Musk le ha visto las orejas al lobo? La compañía duplicó los números rojos de un año antes -perdió 1.527 millones de dólares- pero el señor Elon aseguró que, según lo previsto, lograrían beneficios a finales de año. Ahora el propio Ceo da a entender que no se lo cree ni él y que teme el castigo del mercado cuando compruebe que 2018 ha vuelto a ser un fiasco.

¡Ah! Y eso sin contar con las exigencias de transparencia que implica cotizar en Bolsa.

Ahora resulta que es mejor no estar en esa liga. Pero bien que se ha servido de la Bolsa -de los inversores- mientras ha podido, con declaraciones y promesas casi siempre incumplidas. Eso sí, promete 420 dólares por acción para aquellos que se marchen (cotiza a 379,57 dólares después de subir un 11%).