Visiblemente alterada, la vicepresidenta niega ser la mujer de Franco. Y más allá, se niega también a ser enterrada junto al dictador, en Mingorrubio. Eso jamás.

Esperemos que no se revuelva contra el acelerado locutor de RTVE que porporcionó la exclusiva.La vice, desconfía: ¿Se trató de una errata?  No nos extraña nada la sospecha. Pasen y vean...

Y es que todas las obsesiones son malas. Tambien la obsesión con Franco.