La presidenta de la Junta Única de Resolución (JUR), Elke König, quiere imponer a toda costa el sistema de resolución bancaria utilizado en el Popular. Un sistema que justifica alegando que perdieron los accionistas y los bonistas, no lo depositantes, ni tampoco -faltaría más- los contribuyentes. “Desde este ángulo creo que (la resolución) fue un éxito”, ha señalado en una entrevista publicada este martes en Expansión.

Todo eso está muy bien -que pierdan los accionistas- si no fuera por un pequeño matiz: la JUR valoró los activos del Popular como los de un banco en liquidación, pero al final, amparándose en un informe que Deloitte elaboró en pocas horas, no lo liquidó sino que se lo vendió al Santander por un euro. Esa es la clave, porque cuando un banco está en liquidación sus activos pasan a valer, automáticamente, entre un 47% y un 67% menos.

El problema, como hemos señalado antes, es que finalmente no se liquidó el banco -como sí hicieron las autoridades norteamericanas con Lehman Brothers-, sino que se vendió al Santander por un euro, momento en el que los activos recuperaron su valoración previa a la intervención de la JUR. Por ejemplo, sólo dos meses después, el Santander vendió el 51% del ladrillo del Popular a Blackstone por 5.000 millones de euros.

En la entrevista, König admite que el problema del Popular fue de liquidez y no de solvencia. Entonces, ¿por qué no le dio más liquidez? La presidenta de la JUR explica que “no había tiempo para llevar a cabo escenarios alternativos durante ese martes por la noche. Porque, además, España no tiene una herramienta de moratoria a los depósitos, que en Alemania, por ejemplo, sí se tiene”. Pero oiga, ¿no estábamos hablando de un sistema único de resolución?

Por cierto, König señala que tuvieron suerte de que el Popular hubiera buscado comprador con anterioridad. Efectivamente lo hizo, y recibió varias ofertas. Por ejemplo, en noviembre de 2016, el BBVA estaba dispuesto a comprarlo por 5.500 millones, y el propio Santander hizo una oferta de entre 4.200 y 7.000 millones, tal y como adelantó Hispanidad. 

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König recuerda que está pendiente un segundo informe, conocido como Valoración 3, que compare la solución adoptada con otras opciones. “No quiero anticiparme al resultado del informe de resolución de Deloitte. Pero mi intuición dice que el heco de que encontráramos un comprador que determinó un valor para el el banco y que estaba dispuesto a quedarse e integrar la entidad supone, por lógica, dar una mejor valoración que el que habría en una liquidación del Popular”. ¿Comprender? No quiere anticiparse a Deloitte pero…

En cualquier caso, ¿fue la mejor opción para los dueños del Popular, esto es, para los accionistas, aunque tuvieran que ser ellos los paganos de la situación?

La presidenta de la JUR está preocupada y admite que ha subestimado “el ruido que rodea el caso”. Lo que más le inquieta son las tres querellas presentadas en Estados Unidos por los fondos Pimco y Anchorage, y por el mexicano Antonio del Valle. Por eso está empeñada en justificar la primera, y hasta el momento la única, resolución de la JUR. Teme que los tribunales echen abajo todo el proceso. Y por si acaso, el Santander ha advertido al juez norteamericano de que se arriesga a una avalanha de demandas, tal y como publica Expansión. Además, el banco que preside Ana Botín, alega que es un proceso "instrusivo y eminentemente europeo".