Junta General de Accionistas de Caixabank, celebrada en Valencia el viernes 6 de abril. El 40,3% del capital social, propiedad de Caixa-Criteria, más otro 23% del capital estaba previsto en la Junta de Accionistas de Caixabank. Eso no dice mucho pero lo dice todo. Caixabank cuenta con 600.000 accionistas. No es mucho, comparado con Santander y BBVA, pero sí lo es que colabora a mantener un presupuesto de La Caixa en obra social (520 millones de euros durante ese año).

El peso de Fainé continúa siendo fundamental. Cierto, pero Gual no será un presidente de paja

A fin de cuentas, una vez pactado con el BCE, Caixa se queda en el 40% del capital. El resto del accionariado presenta un más poco más de la mitad que Caixa: un 23,2%. Y este es el entramado que lideran Jordi Gual y Gonzalo Gortázar (ambos en la imagen).

Es una imagen fiel de lo que ha ocurrido en el entorno Caixa tras las modificaciones legales y tras la crisis de 2008.

Otrosí. Caixabank se traslada de forma definitiva en Valencia… consecuencia de la otra crisis, la política del Procés. Y por si no ha quedado claro: que al mundo del dinero no le gusta el procés. La Junta de Accionistas no hace otra cosa que ratificar la huida de Barcelona, pero, por así decirlo, lo convierte en ‘sentencia firme’.

Por ejemplo, en Telefónica y en Repsol no está dispuesto a pasar inadvertido

Pero lo más importante en esta junta es que es aquella asamblea de accionistas en la que Gual empieza a ejercer como presidente a todos los efectos. Sí, aunque el primer ejecutivo sea Gortázar, Gual adopta un papel más activo. Y sí: el peso de Fainé continúa siendo fundamental. Cierto, pero Gual no será un presidente de paja.

Ejemplo, en Telefónica y Repsol Gual no está dispuesto a ser un consejero dominical al uso, que acude al consejero con instrucciones del propietario. Entre otras cosas porque Gual es el presidente la entidad representada en la operadora y en la petrolera.

En ambas empresas ha sorprendido su petición de información y su participación activa en los consejos. Y en Telefónica, no olvidemos que Isidro Fainé es el vicepresidente más veterano y más influyente.

Y en el propio Consejo de Caixa, Jordi Gual se siente cada vez más seguro. Cuenta para la nueva etapa de fortalecimiento del presidente, con un Tomás Muniesa, hombre que se conoce el grupo Caixa como nadie y con su propio prestigio, que ha conseguido ratificar e intensificar el modelo de Caixabank, hoy seguido por todo el sector bancario español, que es banca doméstica.

Y Caixabank también entra en el círculo vicioso de los recursos propios: 1.000 millones en convertibles

Consiste este modelo en acabar con la remuneración de depósitos y comenzar el derrumbe del activo con la gestión en fondos. El modelo ha sido un éxito en Caixabank y es el único que permite mantener una plantilla de 37.000 personas.

Y Caixabank también entra en el círculo vicioso de los recursos propios: 1.000 millones en convertibles. Como todos, no de grado sino por fuerza, porque a la fuerza ahorcan los chicos de Mario Draghi y el Banco Central Europeo (BCE). Ya saben: según el BCE un banco bueno es el que tiene mucho capital (aunque el capital exige alta remuneración y asfixie a la entidad), cuando algunos pensamos que un buen banco es aquel que tiene poca morosidad.

Por cierto, Caixabank se nos está volviendo eco-panteísta. Así, el presidente se refirió a su empeño en borrar la huella de carbono y consumir  sólo energías limpias. Está bien, pero resulta que el mencionado primer accionista, Caixa-Criteria, posee el 40% de Caixabank.

Y en la moda ecopanteísta

No vive de la huella de carbono con la eléctrica y la gasera Gas Natural Fenosa (GNF). Esta modalidad de corrección política no es más que ecopanteísmo

En resumen, Gual es cada vez más presidente. Sí, es cierto que la ‘autoritas’ de Isidro Fainé continúa intacta pero también es cierto que Jordi Gual es chairman, y el primer ejecutivo es Gonzalo Gortázar pero no se equivoquen, Gual ejerce, cada día más. Y no tiene por qué ser una mala noticia.