Gran definición la de esta viñeta. Hoy, discrepar del islam es ser políticamente incorrecto. Ergo, para lo políticamente correcto, por ejemplo, para el poder actual, la llamada islamofobia debe ser perseguida, censurada y castigada. Y esto ocurre cuando los fundamentalistas islámicos asesinan, más que nunca en varios siglos… y en nombre de Alá. Al igual que ocurre con el homosexualismo, cualquier discrepancia con el lobby gay, o con el lobby feminista, se convierte, no ya en políticamente incorrecto, sino en directamente delictivo y perseguible. Por la doble vía: en los tribunales (delitos de odio) o en la Sociedad de la Información (porque GoogleFacebook, los del duopolio de la Sociedad de la Información -duopolio mundial- te expulsan de su seno). Y si no estás en Google y en Facebook no estás en la Sociedad de la Información: no existes. Hispanidad redaccion@hispanidad.com