Además de la batalla por la vida, en EEUU se libra la batalla por la libertad de expresión y, como sucede en el primer caso, uno de los epicentros es el estado de Texas que gobierna el republicano Greg Abbott desde 2015.

El caso es que Texas aprobó en 2021 la ley HB 20, que declara ilegal que cualquier plataforma o red social con más de 50 millones de usuarios mensuales, esto es, Facebook, Twitter y Youtube (Google), “bloquee, prohíba, remueva, elimine, desmonetice, reduzca el impulso, restrinja, niegue el acceso igualitario o la visibilidad, o discrimine de otra manera la expresión”.

Por cierto, más o menos por las mismas fechas, el estado de Florida aprobó otra ley similar.

Sea como fuere, en otoño, un juez de distrito dictaminó que la norma era inconstitucional porque atentaba contra la Primera Enmienda, que protege el derecho de las redes sociales a moderar el contenido que se vierte en ellas. El Procurador General, Ken Paxton, apeló la decisión y ahora, unos meses después, la Corte de Apelaciones le ha dado la razón y ha restablecido la ley. En Florida, la Corte aún no dicho nada.

La batalla por la libertad de expresión continúa y lo más probable es que se alargue en el tiempo, ya que la Corte de Apelaciones no bajó al meollo de la cuestión, sino que se limitó a restaurar la ley paralizada por el juez de distrito.

Lo cierto es que tanto Facebook como Twitter y Google se han dedicado a censurar a todos aquellos que critican la ideología de género y el aborto, o simplemente cuestionan la emergencia climática o las vacunas contra el Covid. ¿Cómo se explica si no, por ejemplo, que Twitter eliminara la cuenta de Donald Trump mientras mantenía abierta y en plenas facultades la del portavoz de los ‘pacíficos’ talibanes? Y no solo en EEUU, sino en todo el mundo, también en Europa, donde la legislación va en la dirección opuesta a la Texas y Florida: aquí son las redes sociales las que, por ley, son responsables de los contenidos que publican sus usuarios, es decir, deben censurar todo aquello que cuestione el consenso o lo políticamente correcto.

En España la censura está más activa que nunca gracias a los verificadores que utilizan el rigor, no para luchar contra los bulos, sino para censurar la verdad.

Pues eso: ¡Viva Texas!