Un grupo de activistas atacó el Congreso de la Ciudad de México. El ataque se saldó con puertas y ventanas rotas, lo que supuso que varios de los activistas consiguieran entrar al recinto. Toda la violencia se justificaba con el rechazo por parte del colectivo a una iniciativa legislativa que busca prohibir los tratamientos hormonales y quirúrgicos para cambio de sexo de niños.

La diputada del Partido Acción Nacional (PAN), América Rangel, presentó hace dos semanas una iniciativa que contemplana la pena de prisión de entre dos y siete años para quienes realicen prácticas de cambio de sexo y tratamientos hormonales en menores de edad. Algo que, como se ve en las imágenes, ha enfurecido al colectivo, que ha interrupcido violentamente la sede el Congreso de México. 

A través de Twitter, Rangel informó que “afortunadamente estoy bien luego de que un grupo de personas trataron de agredirme físicamente”. “Agradezco al personal del Congreso por velar por mi integridad en todo momento y gracias a todos por su mensajes. La violencia no es ni será nunca la solución”, aseguró.

Rangel ha asegurado que ya ha presentado denuncias penales "contra las personas responsables de los actos violentos" ante la Fiscalía General de la República. “Tenemos perfectamente detectadas a tres personas” y buscan dar con las identidades de otros atacantes, aseguró la diputada mexicana.

Rangel solo busca la protección del menor, y hace bien. Países como Reino Unido y Suecia ya han echado marcha atrás con sus Leyes Trans al ver las consecuencias, y motivados por esas experiencias, países como Bulgaria han tomado cartas en el asunto. Nuestra Ministra Irene parece que es la única que no quiere escuchar.