Parece que la violencia okupa ha alcanzado cotas máximas: apalizar a una embarazada. Llevamos dos semanas con casos diarios de violencia de los pobres vulnerables: en Pozuelo de Alcorcón, con Carlos, a quien apedreaban sus okupas, en San Sebastián, con desalojo por una pelea que dejó dos heridos, en Cataluña, con un edificio en riesgo de derrumbe por los destrozos causados por los okupas. O en Madrid con amenazas de muerte a la propietaria o con Vicent, único inquilino legal de un edificio de 22 pisos, el cual ya se ha marchado porque uno de sus vecinos okupas le rompió la mandíbula. O ayer mismo, con una pelea entre okupas que acabó provocando un incendio en un edificio que terminó derumbándose. 

Todo bajo la impunidad okupa, hasta ahora. Tres mujeres y un hombre, todos de la misma familia, han ingresado en prisión provisional, comunicada y sin fianza tras declarar en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Montoro. Se les atribuye un presunto delito de lesiones.

Esta 'simpática' familia se metió en casa de Eloísa y su marido, residentes en Bujalance, Córdoba, que se fueron a pasar el día fuera de casa, y al volver, se encontraron con que les habían okupado su vivienda. 

Los okupas habían tirado muchas de sus pertenencias a la basura, según les informó una vecina. Al llegar al domicilio Eloísa y su marido intentaron pedir explicaciones y tratar por todos los medios de que los okupas se fueran, pero recibieron una brutal paliza. Golpes con palos, cadenas y motosierras: "Dijeron 'voy a matar a tu hijo'. Venían a rematarme, me dejaron en el suelo. Porque mi marido se puso delante, si no lo hace, a mí me matan", y es que Eloísa está embarazada de 8 semanas, dato que los okupas sabían. 

Su marido ha terminado con 20 puntos en la cabeza, y Eloísa asegura que ella denunció la okupación de la casa de una de sus vecinas, por eso los okupas decidieron ir a por ella, entrar en su casa y propinarles una paliza.