Parece que en estas fechas tenemos algo así como la obligación de hacer un resumen de cómo ha sido el año y, nos equivocamos. Lo que tenemos que hacer es un examen, un balance real de cómo nos ha ido a cada uno de nosotros y a la sociedad en general, porque lo demás es propaganda. Geroge Steiner en ¿Tiene futuro la verdad?, hace una defensa importante de lo que la verdad significa para el ser humano y por ende para la sociedad y, señala que tanto para Descartes como para Kant, «acertar con los hechos, acumularlos y ordenarlos se convirtió en parte fundamental de la búsqueda de la verdad».

Claro, esos eran los clásicos que incluso los citados tenían una base de exigencia moral que no les permitía escapar subjetivamente de los caprichos, porque de alguna forma eran parte del todo. Hoy, el progresismo actual es estratosférico, la razón no importa y solo los objetivos ideológicos marcan la pauta a seguir lejos de la verdad porque la verdad es igualmente subjetiva, es decir, lejos del ser humano y las circunstancias que lo adornan. Para la ideología hegemónica, la historia -el sexo o la convivencia-, no se encuentra en el pasado, si no en la voluntad de ser. El control de la existencia es un objetivo de obsesión del nuevo hombre posmoderno que con el tiempo quedará huérfano de sí mismo.

Una vez retorcida la razón, vaciada la moral de los actos y propulsado el auto-yo hasta la estupidez, no queda nada más que dictar leyes que obligan o prohíben para normalizar el comportamiento. Así, las leyes de género impulsadas con millones del erario público desde el Ministerio de Igualdad, la sociedad admite, o asume, por imperativo legal en el mejor de los casos, leyes como el aborto salvaje, la de la humanización de los animales o la de transmutar a hombres y mujeres bajo la idea inoculada, en la gran mayoría de los casos, por presión social a un viaje solo de ida, y en cuyo lugar de destino se encontrará con el silencio político, médico y de la sociedad al descubrir el engaño, ahogando su existencia hasta el suicidio (dato que callan las instituciones y los medios de comunicación). Da igual que quien respalde la ley se llame Irene Montero o Ione Belarra, valdría cualquier otro porque, ni ellas tienen las ideas, ni son conscientes de las consecuencias. Son muñecas de paja que solo tienen que poner su firma y vivir de las rentas durante toda su vida. Esas son sus monedas de plata.

Lo políticamente correcto ha asaltado el congreso y se ha convertido en ley como todo lo relacionado con el cambio climático, el animalismo campante o el coste desorbitado de las energías comunes

No se crean que Pedro Sánchez es más mejor, porque es más de lo mismo, pero este sin límites. Otro muñeco a las órdenes globalistas de una ideología sangrante, que se ha quedado sin debate y cualquier cuestión con un opositor, la cancela con la chulería del portero de un garito de luces de colores, que da paso o no a según quién. Realidad: es el presidente que más decretos reales ha sacado en lo que lleva de legislatura, casi 200, para no enfrentarse en el Congreso ni dar explicaciones, porque no las necesita, se cubre las vergüenzas democráticas con su banda de matones: Esquerra RepublicanaPartido Nacionalista Vasco, los filoetarras de BilduPodemos y sus propios diputados -¡al final, las de Emiliano García-Page eran bravuconadas, no valentía política!-. Una banda que desconoce el sentido de servicio público y que se han hecho un traje a la medida embargando a la justicia las únicas leyes que controlaban la dignidad de los políticos: la malversación y la sedición.

Por lo tanto, si hacemos balance de 2022, nos encontramos con una sociedad más empobrecida de humanidad, con leyes sectarias que pretenden adoctrinar y políticos más golfos y poder serlo mucho más. Un país que financieramente está roto, que se sostienen como una pompa flotante en la que los españoles se dejan mecer sin pensar en lo que sucederá cuando ésta explote. Una sociedad en estado de coma, incapaz de pensar en qué sucederá si Sánchez sale reelegido o aupado por su banda, pues el recorte de libertades con la que cada día nos desayunamos, ya sea por más y más control (conductores, agencias de viajes, funcionarios, ganaderos y agricultores, jueces…) o en cualquiera de las acciones que hagamos como con la imposición ideológica constante que no nos permite pensar libremente lo que se quiera porque lo políticamente correcto ha asaltado el congreso y se ha convertido en ley como todo lo relacionado con el cambio climático, el animalismo campante o el coste desorbitado de las energías comunes.

¿Y para el 2023 qué nos espera? Pues para empezar una agenda progresista que no dejará títere con cabeza y veremos si en los próximos doce meses -tiempo que le queda de legislatura a este gobierno cristófobo- no pone en marcha la Ley de Libertades Religiosas que, como viene siendo habitual en el neolenguaje progre, significa todo lo contrario. También la gran fiesta de la democracia: municipales y autonómicas en mayo, y nacionales a finales de año. Pero ojo, porque el Tribunal Constitucional ha dinamitado los planes electores de Sánchez para 2023 y esto es o puede ser grave, teniendo en cuenta su disforia política, porque cada día que pasa es menos demócrata y se auto percibe más como dictador al estilo Chávez.

Combatir la corrupción (Gedesa) Daniel Innerarity Grau. La democracia sólo es posible gracias a un aumento de la complejidad de la sociedad, pero hoy en día esa misma complejidad parece distanciarnos de la propia democracia. Entonces ¿cómo podemos conseguir una política que nos resulte más comprensible? Según Daniel Innerarity es que la comprensión de la democracia no pasa por el recurso a los "expertos", el incremento de la delegación o la renuncia del control popular, si no por el fortalecimiento de la cooperación y la organización institucional de la inteligencia colectiva.

Spinoza. La política a la luz de su filosofía (Almuzara) Jesús Romero. Este ensayo aporta luz a problemas políticos de la máxima actualidad en nuestra sociedad, en un momento en que la izquierda transformadora se encuentra en un estado de resaca, tanto por la tendencia al retroceso que está experimentando, como por su condición, tras unos años de constante actividad.

Abrazar el mundo Autores (La Esfera) Jorge Dezcallar. El autor ha dedicado toda su vida a la diplomacia y a la política exterior. Una experiencia que le ha permitido reflexionar sobre adónde va el mundo. Nada escapa a su mirada: desde los cambios provocados por las revoluciones de la tecnología, la información y la genética; a las relaciones internacionales dominadas por Estados Unidos, China y Rusia, y el papel de la Unión Europea…