Comenzamos esta crónica semanal sobre cristianos perseguidos en Nigeria, donde la cristiana Leah Sharibu, que fue secuestrada el 19 de febrero de 2018 por una facción de la organización yihadista Boko Haram, ha cumplido esta semana 21 años.

Leah Sharibu fue secuestrada junto a otras niñas en su escuela y se negó a abandonar su fe cristiana. En la semana de su cumpleaños, Gideon Para-Mallam, presidente de la Fundación para la Paz Gideon, declaró a ACN: «Es extremadamente decepcionante y desgarrador que seis años después sigamos hablando de Leah en cautiverio. Ya debería haber sido liberada, pero aquí seguimos…, sin ella”.

Gideon Para-Mallam explicó: «Todas las niñas secuestradas se convirtieron al islam”, pero ella, con 14 años, “decidió no convertirse, permaneciendo fiel a su creencia cristiana. Su libertad de religión y de creencias fue violada y hoy sigue en cautiverio debido a su fe cristiana». 

«Las últimas noticias sobre Leah Sharibu se remontan a 2023. Permítanme pedirles que mantengamos viva la esperanza y sigamos rezando para que un día Leah salga del cautiverio de Boko Haram», pidió en su entrevista con ACN.

El padre Basil Gbuzuo, foto Archidiócesis de Onitsha

(El padre Basil Gbuzuo)

Seguimos en Nigeria, donde dos sacerdotes fueron secuestrados esta semana. Se trata del padre Basil Gbuzuo y del padre Oliver Buba.

El padre Prudentius E. Aroh, de la diócesis de Onitsha, explicó: "El secuestro (de Basil Gbuzuo) tuvo lugar el miércoles 15 de mayo, en la carretera de circunvalación Eke Nkpor-Obosi, hacia las ocho de la mañana. El padre Gbuzuo es sacerdote y reside en la parroquia de la Santísima Trinidad de Ogidi. Hasta el momento, los secuestradores no han establecido ningún contacto”.

Por su parte, el padre Oliver Buba, de la diócesis de Yola, fue secuestrado en el Estado de Adamawa, según afirmó el Obispo de Yola, Mons. Stephen Dami Mamza

Según recuerda Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), se trata del quinto sacerdote secuestrado desde el comienzo de este año. 

Anteriormente, corrieron la misma suerte los padres claretianos Kenneth Kanwa y Jude Nwachukwu, así como Tony Mukoro, sacerdote de la diócesis de Benin City. Gracias a Dios, estos tres ya han sido puestos en libertad. 

Por el contrario, se desconoce el paradero de otros tres curas que fueron secuestrados anteriormente: se trata del padre John Bako Shekwolo, secuestrado en 2019, y de los padres Joseph Igweagu y Christopher Ogide, secuestrados desde 2022. 

La finalidad de estos secuestros suele ser la petición de un rescate que resulta enormemente gravoso para la Iglesia local.