"Durante nueve años vimos derramar la sangre inocente de mis hermanos cristianos, asesinados por gente que no valora la vida”, dijo Maryamu, de 16 años
Maryamu Joseph, una adolescente cristiana de Nigeria, narró el calvario que sufrió a manos del grupo yihadista Boko Haram, un grupo terrorista islámico que la secuestró, esclavizó y torturó durante nueve años hasta el día que pudo escapar, apenas dos meses atrás.
“¡Nueve años en esclavitud! ¡De torturas! ¡De agonía! Hemos sufrido mucho a manos de esa gente despiadada y sin corazón. Durante nueve años vimos derramar la sangre inocente de mis hermanos cristianos, asesinados por gente que no valora la vida”, dijo Maryamu, de 16 años, en una entrevista concedida a Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) que recoge Aciprensa.
“Asesinaban sin remordimientos, como si fuera algo normal. Esos nueve años desperdiciados en el bosque de Sambisa no pueden olvidarse en un abrir y cerrar de ojos. Las palabras no hacen justicia a lo que he vivido”, agregó la adolescente.
Maryamu fue secuestrada en febrero de 2013, a los siete años, cuando miembros de Boko Haram atacaron su pueblo, Bazza, y la llevaron por la fuerza a un campamento. A dos hermanos suyos también los capturaron: uno de ellos permanece secuestrado, pero al otro lo asesinaron decapitándolo. “Le cortaron la cabeza, luego las manos, las piernas y el estómago”, lamentó.
La adolescente reveló que durante el cautiverio a manos de los terroristas musulmanes a los cristianos los encerraban “en jaulas, como si fueran animales”.
La adolescente reveló que durante el cautiverio a manos de los terroristas musulmanes a los cristianos los encerraban “en jaulas, como si fueran animales
“Lo primero que hicieron fue convertirnos a la fuerza al islam. Me cambiaron el nombre, nos advirtieron que no rezáramos como cristianos o nos matarían”, relató.
Al cumplir 10 años, los terroristas tenían por objetivo casarla con uno de sus jefes, pero ella se negó. “De castigo, me encerraron en una jaula durante todo un año. Me traían comida una vez al día y la introducían por debajo de la puerta sin abrirla nunca”, dijo a Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).
Al ser preguntada sobre su escape, Maryamu dijo que aprovechó una madrugada cuando el campamento estaba en calma y los captores dormían. Era el 8 de julio de 2022 cuando ella y otros 12 compañeros corrieron, sin dirección, a través de un bosque.
“Avanzamos todo lo que nos permitían nuestras piernas, durante dos días, hasta que alcanzamos Maiduguri, el 10 de julio de 2022. Al llegar, me desmayé, cuando desperté estaba en los brazos de un buen samaritano que nos dio agua y comida para recuperar fuerzas. Más adelante, llegué al campamento gestionado por la Iglesia”, contó a Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).
“Lo primero que hicieron fue rezar por mí y animarme a regresar a la fe. Estoy feliz de haber vuelto al cristianismo, desde que volví a Maiduguri el dolor ha disminuido. Espero que, con el tiempo, Dios me ayude a superar mi amargura y a abrazar la paz, aunque no veo que eso vaya a ocurrir pronto”, agregó.
Al llegar al campamento, Maryamu fue atendida en un ‘Centro de Trauma' de la Diócesis de Maiduguri, para iniciar un proceso de sanación y reinsertarse en la sociedad
Al llegar al campamento, Maryamu fue atendida en un ‘Centro de Trauma' de la Diócesis de Maiduguri, para iniciar un proceso de sanación y reinsertarse en la sociedad.
Este lugar, destinado a ayudar a las personas que han sufrido diversas formas de violencia a manos de Boko Haram, se inaugurará en noviembre, pero ya ha ayudado a más de 20 personas a superar casos severos de traumas y estrés postraumático. Además, ofrece asesoría y formación profesional a las víctimas.
“Creo que he aprendido a adaptarme al mundo exterior y a hablar con la gente. Mi relación con mis cuidadores se está volviendo muy amistosa, ya no es agresiva, como al principio de mi proceso de curación”, dijo Maryamu a Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).
También señaló que si bien lo que le sucedió la alejó de Dios y le resulta difícil volver a Él, cada día va mejorando.
“Volver al cristianismo después de nueve años practicando el islam supone un gran esfuerzo”, expresó.
Respecto al futuro, la adolescente asegura que primero busca centrarse en no tener “dolor y angustia”.
“Ahora, quiero volver a ser yo. Liberarme del dolor y la angustia que siento. Pero me gustaría recibir una educación, ir a la escuela, aprender a hacer amigos y a hablar en inglés”, contó a ACN.