Los españoles sienten simpatía por los hispanos, con un 48,7%, frente a la animadversión que muestran frente a los magrebíes, los cuales sólo cuentan con el 3,4% de aceptación.
Encuesta elaborada por Sigma Dos para El Mundo, y esta vez, no es sobre intención de voto, sino sobre inmigración. En Hispanidad analizamos el 'pitorreo' de la inmigración en España.
Teniendo a Canarias, Ceuta y Melilla asfixiadas por el uso de la inmigración que hace el sátapra Mohamed VI, nos permitimos el lujo de ayudar al bueno de Joe Biden, acogiendo a migrantes que le sobran al 'solidario' demócrata. Sin olvidar que Pedro Sánchez ha convertido el derecho al asilo en un coladero para la inmigración ilegal.
Ante esta situación, parece que los españoles empiezan a cansarse, así, según el sondeo, casi la mitad de los españolees, un 47,2% considera que "hay demasiados inmigrantes", y ojo que esto no es cosa de la 'ultraderecha', porque el 35,5% de los votantes socialistas opinan que su gran lider se ha pasado con esto de dar la bienvenida a todos, todas y todes. El 26,3% opina que "hay un número adecuado" y tan solo el 14,4% piensa que "necesitamos más inmigrantes".
Llama la atención la distribución por sexos, y es que el son un 50,5% de las mujeres las que ven demasiada inmigración en las calles, frente al 43,9% de los hombres, lo que a ojos de El Mundo, podría estar relacionado con la "percepción de la inmigración como un factor de inseguridad vinculada a las agresiones sexuales".
Asimismo, los españoles sienten simpatía por los hispanos, con un 48,7%, frente a la animadversión que muestran frente a los magrebíes, los cuales sólo cuentan con el 3,4% de aceptación. Tras los hispanos, encontramos a los migrantes norteamericanos con un 13%, los de europa del este con un 11,5%, los asiáticos con un 9,6%, los subsaharianos con un 9%.
Cosa que el medio justifica por racismo, nada más lejos de la realidad. Y es que no se trata de acoger y darles comida, sino de integrarles en la sociedad española. Pues bien, cada país debe especializarse en acoger a aquellos inmigrantes que ya poseen los dos requisitos clave para integrarse: la misma religión y el mismo idioma. Y al que no los posea, hay que poner a su disposición, la posibilidad de aprenderlo.