El siglo XXI ha visto nacer muchos movimientos alrededor de las parroquias, que no de las órdenes religiosas, como ocurría antes. Algunos no nacen de un alma inspirada por Dios, como antes, sino que se trata de un nacimiento poco menos que comunitario. O sea, de lo más democrático. 

Y esto es bonísimo. Lo no tan bueno es que la mayoría de estos grupos están basados en el sentimiento y en la expresión en comunidad de los sentimientos personales, con una peligrosa tendencia a convertir la comunidad en comuna. 

La verdad llega un minuto antes que el bien. Somos seres "sintientes", asegura Podemos, a lo que el cristianismo añade: y racionales

Ejemplo: no digo yo que esté mal esto de dar testimonio. De hecho, es lo que siempre hemos llamado evangelización y/o apostolado. Ahora bien, tal parece que esa explosión de testimonios resulta un tanto endogámica. De católicos para católicos. Yo siempre he escuchado en la Iglesia que el mejor predicador es Fray Ejemplo, no Fray Testimonio.

Esta explosión de movimientos se presenta como la solución a la crisis eclesial, así como los únicos capaces de atraer a los cristianos alejados, especialmente a los jóvenes. La verdad es que siempre he creído en la tesis opuesta: las verdaderas crisis eclesiales suceden cuando son los ancianos los que se alejan de la Iglesia. Y esto es porque cuando eres joven piensas que la vida será eterna pero cuando llega la vejez ni el más estúpido puede pensar que durará para siempre y entonces se plantea lo que podríamos llamar "la cuestión vital", mucho más importante que la cuestión social. La pregunta "qué ocurre después de la muerte", se vuelve impostergable.

Muchos de los grupos eclesiales que han surgido en el siglo XXI poseen una base filósofica endeble: recuerden que los católicos nacemos por la cabeza y nos guiamos por el corazón... no al revés

Pero dejemos eso: volvamos a los nuevos movimientos que, tal y como se nos vende, constituyen la salvación de la Iglesia. Miren ustedes, y así lo ha defendido el Papa Francisco al hablar del cisma alemán (perdón, del ligero desviacionismo de los pesaditos obispotes teutones) que vivimos una "protestantización" de la Iglesia alemana. ¿Y qué significa esto? Pues significa una sobrevaloración de los sentimientos. Sí, es un poco hortera.

Repito: el mejor predicador es Fray Ejemplo, no Fray Testimonio y esta ligeramente impúdica exhibición de sentimientos interiores me provoca un cierto sonrojo. 

Además, la Iglesia no es un círculo sino un abanico. No son muchas personas unidas alrededor de la nada. Son personas que se reúnen unidas entre sí alrededor de un centro, que es la Cruz de Cristo. Como en un semicírculo, su relación con el centro debe ser más intensa que su relación con los lados. Y en el centro de esa telaraña está Cristo, aún más redentor que creador y aún más padre que redentor. 

Recuerden que la razón es una cuestión de fe y que la fe no es otra cosa que confianza... en la sabiduría de Dios y también en el hombre

Me temo que muchos cristianos, cuando ven esa explosión de sentimientos, es decir, cuando contemplan cómo alguien expone su intimidad a los demás, por muy hermanos que sean, a veces primos, otras cuñados... salen corriendo del templo. Además, para reunirnos, los católicos ya tenemos la Eucaristía, un paipay, no un círculo, donde todos miran hacía el altar, hacia el eje. Mismamente, uno de los que sale corriendo cuando contempla la exhibición de sentimientos en los ambientes católicos es un servidor. 

Más. Muchos de los grupos eclesiales que han surgido en el siglo XXI poseen una base filosófica endeble. Recuerden que los católicos nacemos por la cabeza y nos guiamos por el corazón... no al revés.

La verdad llega un minuto antes que el bien. Somos seres "sintientes", asegura Podemos, a lo que el cristianismo añade: y racionales. 

Recuerden que la razón es una cuestión de fe y que la fe no es otra cosa que confianza... en la sabiduría de Dios y en la naturaleza racional del hombre. Conocemos por confianza, por fe.