Contábamos en Hispanidad que ayer martes 17 de mayo, el Gobierno aprobaba en el Consejo de Ministros el anteproyecto de ley del aborto, una ley homicida, mentirosa, majadera y ordinaria.

Uno de los puntos clave de esta ley es el siguiente: "La píldora del día después será de acceso gratuito en los centros de salud y en los futuros centros públicos de atención especializada en derechos sexuales y reproductivos, y tendrá que estar disponible en todas las farmacias", tal y como informó ayer la ministra de Igualdad, Irene Montero

O dicho de otra forma: tú fornica por la noche que nosotros ya evitamos el embarazo por la mañana, y si hay embarazo, nos deshacemos del niño en un momento. 

Que quede claro: todos los anticonceptivos actualmente en el mercado -y desde luego todas las PDD- son potencialmente abortivos. Es decir, que pueden actuar antes de la concepción o después, porque las PDD de hoy resultan especialmente abortivas ya que actúan durante más días, por lo que la fecundadción ya se ha producido, ergo se mata al niño ya concebido.

Es decir, el Gobierno de España subvencionará el aborto silencioso, el químico, mucho más numeroso e igualmente letal, pero invisible y mucho más cómodo, porque extiende su uso y obliga a todas las farmacias a dispensarlas de manera gratuita. 

Actualmente, la píldora del día después, se puede adquirir en farmacias a un precio de unos 20 a 30 euros, según marca, y se viene comercializando desde hace aproximadamente unos 20 años, y desde 2009 se puede adquirir sin receta, según informa diariofarma

Tal y como apunta el mismo medio, hasta ahora no existía legislación clara sobre si las farmacias están obligadas o no a tener y dispensar las PDD, algo que la ministra ha resuelto con su ley. Así, Irene Montero, mata la conciencia, no solo de los médicos, sino de los farmacéuticos. 

Doña Irene asegura que su nueva ley respeta la objeción de conciencia de los médicos, creando un registro de objetores, pero no ha dicho nada de la conciencia de los farmacéuticos, que estarán obligados a tener y dispensar de manera gratuita las píldoras del día después.