Algunos libros sobre la América hispánica
Volvemos una y otra vez sobre el mismo tema: la leyenda negra. Es curioso, es otro de esos mantras hechos realidad con el que se vapulea a España y a la Iglesia. Una leyenda que es negra, como es negra la mentira, como la envidia negra de los que la crearon y que sigue dando vueltas quinientos años después.
Pero como en todo lo malo y lo bueno, están los que hacen y los que se dejan hacer. También los que intentan hacer y los que no se dejan. Pero qué pena, que España, la nación con la historia más triunfante del universo sea de los que se dejan hacer. Qué políticos tan nefastos, que no hayan convertido su Historia en el arma de la unidad, del orgullo, del éxito y del triunfo. ¿No da un poco vergüenza ver a los políticos hablar de la marca España porque hayamos sido campeones en un mundial de futbol, por ejemplo?
El último tonto útil que no nos ha sorprendido nada es López Obrador, el presidente de México. Exige pedir perdón a España, al Rey Felipe VI, y también cómo no, a la Iglesia... Se ve que sus asesores están a su mismo nivel porque eso ya lo hizo el Papa Francisco en 2015, por cierto, con cierto enfado por parte de algunos católicos españoles que como ahora siguen pensando que no solo no hay que pedir perdón de nada, sino que cada año deberían venir a darnos las gracias por todo lo que aportamos de riqueza cultural y las vidas que salvamos de los jerifaltes aztecas, un pueblo al que tenían subyugado como esclavos, sacrificando niños y vírgenes a miles. No, no es soberbia, en todo caso sanísimo orgullo y sobre todo realidades objetivas e históricas. Veamos...
Cuando Cortés llegó con casi 500 hombres y se enfrentaron a los aztecas, quisieron amigar las relaciones hasta que Hernán vio la manera que tenían los aztecas de ofrecer a sus dioses, a base de vidas humanas, a lo que se negó... Y claro, se lió parda, porque los buenos de los aztecas no solo no admitían al Dios de los invasores, si no que pretendieron hacer de ellos también un sacrificio en particular. Por otro lado, el pueblo azteca vio en Hernán Cortés y compañía la solución a sus problemas y no tardaron en unirse, o al menos en acogerse a la sombra del malvado invasor.
Se ve que los asesores de López Obrador están a su mismo nivel, porque el Papa Francisco ya pidió perdón en 2015, con cierto enfado de algunos católicos españoles
Abierto el campo y pacificadas las nuevas tierras del reino español, llegaron los misioneros franciscanos, inculcaron -que no impusieron- una fe que vieron desde el principio mucho más conveniente que la de sus dioses aztecas, que les exigía su vida y la de sus hijos, con jornadas interminables de un trabajo dedicado al enriquecimiento de sus reyes y sacerdotes, mientras que aquel otro Dios hablaba de paz, amor, misericordia y perdón... ¡Claro, imposible comparar! Lo que se aceptó por conveniencia terminó convirtiéndose en un modo de vida personal y de crecimiento social. Aprendieron a cultivar las tierras, criar animales que jamás habían visto, a formar pueblos, a organizar calendarios de recolección y un nuevo idioma más completo, que les abría las puertas a un mundo nuevo para ellos, como para los europeos, que descubrieron también el Nuevo Mundo.
La religión cristiana, por mucho que mal pese a los agnósticos, ateos, odiadores anticlericales y otros especímenes enemigos de la Iglesia, ha sido siempre el verdadero avance de la humanidad en toda materia, porque la doctrina cristiana habla de dos aspectos que ninguna otra introduce: amor y libertad, que no es más que el reflejo divino que permite que nos llegue a cada uno de sus hijos para ser únicos y poder relacionarnos los unos con los otros de forma universal. El amor al trabajo -al trabajo bien hecho-, es lo que nos permite evolucionar, descubrir, mejorar... La libertad nos abre puertas a nosotros y a los demás por nosotros, en una red universal y humana de relaciones que nos lleva a creer en los demás, a esperar en los demás y finalmente a buscar el amor en y por los demás. Esto seguramente no se lo explicaron a los indios los buenos frailes franciscanos, solo se dejaron ver y descubrieron los indígenas que aquello era bueno, y el resto llegó por ósmosis generación tras generación.
También les dejamos otro legado: el español, nuestro idioma. Según este artículo de Santiago Vargas, somos 480 millones los que la tenemos como lengua materna y asciende a 577 millones de usuarios potenciales. Y subiendo. En el más que reciente Congreso de la Lengua Española, en Córdoba (Argentina), se sabe que en el mundo se hablan entre las 6.000 y 6.500 lenguas, y el español es la segunda lengua nativa más hablada en el mundo, la tercera en la Red y la cuarta con más poder. Esto, ¡solo por esto!, tenía que ser motivo más que suficiente para que López Obrador y los sectarios dictadores bolivarianos besaran los pies de sus padres, de los padres de sus padres, hasta que llegaran a los pies de aquellos usurpadores conquistadores y se los besaran también... Porque gracias al español tienen la puerta abierta de medio mundo. Así, por ejemplo, un tal Maduro se permite insultar a nuestro país en el idioma que le enseñó hablar y López Obrador exigir disculpas a la historia, ¡hay que tener desfachatez!
La religión cristiana, por mucho que mal pese a los agnósticos, ateos, odiadores anticlericales y otros especímenes enemigos de la Iglesia, ha sido siempre el verdadero avance de la humanidad
Pero por desgracia la izquierda internacional es así. Y cuando digo internacional, por supuesto que también incluyo a la nacional, como no puede ser de otra forma. Ante la osadía de López Obrador, todos los partidos se han cargado de razón para indicar al Presidente Mexicano por dónde está la puerta de salida. Incluso el gobierno de Sánchez se ha visto en la obligación de sacar una tibia nota institucional. Solo Podemos, que se debe a su público, ha dicho que sí, que tenemos que hacer una revisión de la historia y pedir perdón. Y luego el PNV... ¡En fin! La tierra vasca que ha sido tierra de grandes conquistadores, que fue la cuna de los jesuitas, los que llevaron la fe a casi toda América, junto el castellano, por cierto... Pero el PNV es un partido apátrida, traidor, y solo interesado en su propio beneficio como buen independentista que es.
Si el señor López Obrador se ocupara en México de los problemas reales como la violencia, los desaparecidos (más de 40.000 y 26.000 cadáveres sin identificar), sus problemas de fronteras en el sur, el narcotráfico y la mendicidad infantil, no le quedaría tiempo para hacer populismo barato y quedar como un ignorante ante propios y extraños. Algo parecido pasa en España con Franco, su tumba, su fundación y el Valle de los Caídos, convertido todo ello en la cortina de humo que tapa las vergüenzas del PSOE en manos de Pedro Sánchez, que además de llegar torticeramente a La Moncloa -aunque haya sido legal-, no ha dado una en el clavo. Ha subido el paro, se ha disparado el déficit público y ha partido más a España por la frontera catalana y, bajo el lema de amemos a España, ha pactado con batasunos, independentistas y la izquierda radical. ¿Podía salir algo mal?
La Leyenda Negra, ¿qué hizo España por Europa? (Sekotia) de Ángel Díaz del Río. Con lo que belgas, alemanes e ingleses pretendían crear una España de apestados, cercados por un cinturón sanitario moral, les vino muy bien a ellos, posiblemente sin haberlo incluido en la estrategia de mentiras que entre todos tramaron. Esto es lo que viene a decir esta obra ensayo histórica. Por una parte, la envidia de ser lo que era el reino español y más tarde imperio, y por otra, por ser casi los únicos en Europa que seguían fieles a Roma y no se unieron a la ruptura luterana. Un punto de vista francamente original sobre el que se ha escrito muy poco.
Cuando los dioses nacían en Extremadura (Homolegens) de Rafael García Serrano. " Tentado por cuanto de humanidad y de puro prodigio –esto es, de puro español- hay en Cortés y en sus hombres, intenté una especie de modesta biografía de la Conquista, un reportaje sencillo y admirativo". (Del prólogo del autor).
La cruzada del océano (La Esfera de los Libros) de José Javier Esparza. Que Esparza narra como los ángeles lo sabemos todos, pero que además imprime un carácter de aventura y de épica a sus historias es otra verdad sobre sus obras. En esta ocasión, toca todos los palos que tienen que ver con el descubrimiento y la creación de la España de ultramar: Colón, Núñez de Balboa, Cortés, Pizarro, Elcano, Cabeza de Vaca... Pero ojo, no se trata de un libro de hombres increíbles y hazañas que hicieron historia, también se para en los hechos que han traído hasta aquí que América hispana sea un país libre de hombres y mujeres valiosas y competitivos en todo el mundo. Además, fue la primera vez que una potencia vencedora prohibiera esclavizar a los vencidos, les reconoció dignidad de seres humanos, los consideró ciudadano españoles con todos sus derechos y dictó órdenes para su protección... (Libro muy recomendado a la izquierda ideológica en general).
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