Yo pensé que pocas cosas podrían asombrarme ya en RTVE, El País o, más venenoso aún que los otros dos, en Religión Digital. Pero reconozco que con la elección, mañana del martes 5, del nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el obispo de Valladolid, Luis Argüello... han conseguido sorprenderme y asombrarme.

Sinvergonzonería de RTVE, el día anterior a la elección. Sale en escena Juan Cuatrecasas, alto cargo socialista que montó el pollo contra el colegio bilbaíno del Opus Dei, Gaztelueta, acusando a uno de los profesores de pedófilo contra su hijo.

La verdad es que la investigación interna de la Iglesia sentenció que el profesor era inocente. Luego el tribunal civil bilbaíno, en un juicio curioso y apoyado en una ley cuyo espíritu consiste en que el acusador siempre dice la verdad mientras el acusado siempre miente, le condenó a 11 años de cárcel... que el Tribunal Supremo rebajó a dos porque no se puede condenar a alguien sin pruebas... y el Supremo dijo que no había pruebas suficientes.

La desvergüenza de medios como El País, RTVE y Religión Digital vuelve a batir todas las marcas con la elección del obispo de Valladolid como nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE)

Y entonces surgió lo inexplicable. El Papa abre un segundo juicio en el interior de la Iglesia. Coincide con la emisión, miren por dónde, del programita de Jordi Évole, uno de los periodistas mejor tratados por el Vaticano a pesar de sus blasfemias permanentes, quien montó un show, con el pontífice como protagonista, donde enfrentó al Papa con un elenco de tipos raros y majaderos varios entre ellos el hijo de Cuatrecasas, presunta víctima del presunto pedófilo de Gaztelueta.

Y miren por dónde, resulta que al frente del nuevo tribunal eclesiástico, esta vez sí, juicio inquisitorio, el Vaticano coloca al obispo de Teruel, José Antonio Satué, presunto juez inicuo que, antes de iniciar la correspondiente investigación, esto es, antes de iniciar su tarea forense, con un par, sentencia que lo que tiene que hacer el profe de Gaztelueta, el acusado, es pedir perdón al hijo de Cuatrecasas: ¡Toma ya, justicia eclesiástica! Naturalmente, Satué es uno de los aspirantes a capelo cardenalicio. No lo hace mal para lograrlo.

Pues bien, es Cuatrecasas quien ahora ejerce ante las cámaras de RTVE y aprovecha, agradecido, sin duda, a la jerarquía, el nombramiento del obispo de Valladolid, Luis Argüello, como nuevo presidente de la CEE.

¿Qué es un periodista progre-clerical? El que vive del dinero de los curas mientras arremete contra los clérigos conservadores y ensalza a los clérigos progres, modificando la denominación aproximadamente cada legislatura

Y todo el escenario fue, pre-preparado por RTVE un día antes, en un reportaje repetido en el Canal 24 horas y luego resumido en los telediarios, ofreciendo la mayor cobertura a papá Cuatrecasas y hablando de la pederastia clerical como el gran problema del cristianismo español.

Al día siguiente, nuevo alarde de cinismo, de El País: el rotativo del remitido se rasgaba las vestiduras porque los obispos habían elegido al “conservador” Argüello para sustituir a monseñor progresista Juan José Omella.

Precisamente El País, que es quien ha montado el circo de la pederastia clerical, mínima en España, un circo del que se han burlado algunos cachondos, les felicito, que se han dedicado a denunciar a El País casos falsos de abusos clericales... que los chicos de PRISA se han tragado sin rechistar, sin ni tan siquiera preocuparse de contrastar si eran casos reales o inventados: eran todos inventados. 

El protagonismo de Juan Cuatrecasas, convertido en el ariete contra la Iglesia española, se lo otorgó el propio Papa Francisco tras su tertulita con los majaderos de Évole y el nombramiento del obispo Satué como juez, un pelín inicuo, del inocente profesor de Gaztelueta

Pero es igual, ellos siguen a lo suyo... y continúan utilizando la cifra, absolutamente manipulada, exagerada y sencillamente falsa y calumniosa de los 400.000 casos de pederastia clerical en España. Por ejemplo, el insigne excura, el socialista Ángel Gabilondo, que desde entonces se ha dedicado a poner a la Iglesia como no digan dueñas, a costa de un caso de pederastia clerical que muchos reputamos como inexistente. Pues bien, Cuatrecasas aún se sitúa ante las cámaras de TV para informarnos a todos de que los curas son unos verdaderos hipócritas dedicados a violar niños. No había asamblea de la CEE: simplemente para RTVE había unas manifestaciones de víctimas de la pederastia clerical, que, ni aún apiñados ante la puerta de Añastro, llegaban a la veintena. 

Y lo peor es que el protagonismo de Juan Cuatrecasas, convertido ahora en el ariete contra la Iglesia española, se lo otorgó el propio Papa Francisco tras su tertulia con Jordi Évole y el nombramiento del obispo Satué como juez inicuo del inocente profesor de Gaztelueta. 

Recuerden: el primer juicio de la Iglesia declaró inocente al profesor de Gaztelueta, pero el calvario iba a continuar

Lo importante: con Argüello los obispos deben volver a hablar. Si permanecen callados con la que está cayendo serán culpables, sean carcas, progres o mediopensionistas. Lo primero: mimar la Eucaristía y hacer que se mime

Luego vino el vergonzoso juicio. Me queda Religión Digital, el medio de excuras clericales que pretenden seguir dictando máximas al actual cardenal-arzobispo de Madrid, José Cobo, tal y como hacían con Carlos Osoro, un alma ingenua que les financiaba mientras ellos le indicaban qué es lo que tenía que hacer y decir. Con Cobo lo intentan de nuevo pero lo van a tener un pelín más complicado.

A todo esto, la situación, según RTVE, El País y Religión Digital, puede resumirse así: el conservador Argüello será el nuevo presidente de los obispos españoles tras derrotar al progre Cobo... y si cuela, cuela.

munilla

La verdad es que si analizamos a los obispos españoles, con escasísimas excepciones, lo importante no es que sean progres o tradicionalistas. Lo importante: con Argüello al frente, los obispos deben volver a hablar. Si permanecen callados, con la que está cayendo, serán culpables, sean carcas, progres o mediopensionistas. Y su primera tarea debe ser mimar la Eucaristía.

Digo esto, porque la desacralización del Santísimo Sacramento no es grave: es sencillamente, lo más grave que le ha ocurrido al cristianismo español. Si la Eucaristía vuelve a convertirse en la vida de la Iglesia en España, el resto vendrá por añadidura.

Y como dice nuestro corresponsal Jaime Fomperosa, bastaría con que los obispos instaran a los fieles a comulgar en la boca y de rodillas. No, no es una cuestión menor. Insisto en que el resto -y sé que hay mucho resto- vendrá por añadidura.