En Hispanidad hemos publicado, por ejemplo, el caso de Helena Kerschner, que explicaba el suplicio que supone cambiar de sexo. O casos como el de Chloe Cole que denunció la coacción a la que fueron sometidos sus padres por parte de los médicos:"¿Preferirías tener una hija muerta o un hijo vivo?" o el del ex marine estadounidense Chris Beck que advitió que los famosos bloqueadores de la pubertad "son las mismas hormonas que solían utilizar para la castración química para pedófilos” o el de Sandra, que llegaba a asegurar: "Te meten el pene para adentro. De su tamaño dependerá la profundidad de tu vagina. Con el prepucio te hacen el clítoris". O la reciente entrevista de Amelia, que también denuncia la coacción que sufrió: le dijeron que "si no transicionaba no iba a ser feliz y me acabaría quitando la vida".

Además, hemos denunciado cómo aumentaba el número de trans que se arrepiente de su proceso de cambio de sexo: no es una broma. Y las advertencias de psiquiatra infantil que ha denunciado que en España se están usando métodos que otros países han prohibido "tras observar sus resultados perniciosos e irreversibles". Y que llegaba a alertar del aumento de casos y la falta de coherencia: "Una anoréxica que pide al médico una liposucción no la obtiene, porque si es ético la deriva a salud mental. En cambio, hoy hay menores que dicen que no les gusta su cuerpo y enseguida les recetan hormonas".

Ahora Juana Bermejo, la madre de Éric, habla en El Mundo: "Ningún psicólogo trató a mi hijo y ahora está muerto". Éric comenzó su transición a mujer con 28 años y a los 17 meses se tiró a las vías del tren, su madre denuncia que nunca le atendió un psicólogo y nadie valoró los efectos que tendría su medicación. 

Juana cuenta que un día Éric llegó a casa y le preguntó: "Mamá, ¿y cómo me habrías llamado si hubiese sido niña?", "es que he ido al médico porque soy trans, y el médico me ha dicho que tengo que decírtelo" "Soy una mujer en el cuerpo de un hombre".

Juana Bermejo, la madre de Éric, habla en El Mundo: "Ningún psicólogo trató a mi hijo y ahora está muerto". Éric comenzó su transición a mujer con 28 años y a los 17 meses se tiró a las vías del tren, su madre denuncia que nunca le atendió un psicólogo y nadie valoró los efectos que tendría su medicación

"A mí en ese momento no me importó, yo tengo muchos amigos homosexuales y, bueno, era su decisión, él podía ser lo que quisiera. Yo misma no soy la típica mujer de vestidos, siempre voy con vaqueros y botas. Es verdad que él nunca jamás había mostrado inclinación por ser transexual, por que hubiera ahí ninguna discordancia, digamos. Pero lo que sí pensé en ese momento es que quizás ahí estaba la explicación a cómo era él, a cómo había sido durante sus 28 años de vida", añade en declaraciones al medio. 

"No se relacionaba con los otros niños, estaba en su mundo. Era muy listo, pero los exámenes en el colegio los entregaba en blanco. Se negaba a comer en el comedor, siempre me venía con una notita de que no había comido y sólo lo hacía al llegar a casa. No le gustaba el contacto físico... Pensé: 'Pues igual es que era esto'". Aunque le preguntó a su hijo cómo se había dado cuenta de que era trans: "'He visto un vídeo', me dijo. Pensé: 'Ah, un vídeo'".

Meses después, Éric comenzó a hormonarse y tras 10 meses de tratamiento, periodo en el que fue atendido por el Servicio Andaluz de Salud (SAS), se suicidó tirándose a las vías de un tren. Su madre asegura que durante ese tiempo su ánimo era cambiante, algo normal por los medicamentos que tomaba: "Había momentos en que estaba eufórico, y en otros más lacónico y hasta agresivo". 

"En todo ese tiempo, nunca le vio ningún profesional de la salud mental", afirma Juana. "Empezaron el procedimiento de cambio de sexo con él, empezaron a darle medicaciones muy potentes, sin saber cuál era su estado mental real e incluso creemos que sin hacerle las analíticas preceptivas".

Esta madre y su abogado denuncian que este cambio sin supervisión se logró gracias a una norma andaluza aprobada en 2014 con el apoyo de todos los grupos políticos: "Ninguna persona será obligada a someterse a examen psicológico que coarte su libertad de autodeterminación de género". Es decir, en la ley se prima la voluntad de cambiar de sexo, por encima de la salud mental, pudiéndose negar a recibir cualquier tipo de ayuda psicológica. Puesto que sino se patologizaría a las personas que quieren cambiar de sexo. Además, alertan de que esta norma andaluza va a replicarse en toda España por la Ley Trans de Irene Montero.